Sergio Robles Domínguez

Sergio Robles

Lo que no se ve… también importa

Hay quienes entran a una web y se fijan en los colores. Otros leen un email y se quedan con el chiste del asunto o con la foto del café humeante. Yo, en cambio, veo todo lo que no se ve: los párrafos que se escribieron y se borraron diez veces, los estilos que no acababan de encajar, los detalles que nadie nota pero que hacen toda la diferencia.

Me encargo del diseño y la redacción en Cafés MyWay, aunque si te soy sincero, ese “me encargo de” se queda corto. Porque lo mío va más allá de maquetar una web bonita o escribir una newsletter que no dé pereza abrir.

Lo mío es cuidar cada palabra como si fuera la primera vez que alguien nos lee. Y diseñar cada rincón digital como si lo fueras a recorrer medio dormido, café en mano.

De código a conversación

Mi primer contacto con las webs fue programando en HTML. Disfrutaba optimizando código y buscando por qué un botón no se alinea bien. Y aunque esa parte sigue viva en mí (sí, todavía peleo con etiquetas y clases CSS), ahora mi motor es otro: que la experiencia en MyWay sea tan sencilla como abrir una conversación con alguien que te cae bien.

Escribo nuestros textos, mantengo el blog con vida, diseño páginas, corrijo menús, cambio tipografías cuando me miran raro…

Pero lo más importante: escucho. A nuestros lectores, a nuestros suscriptores, al equipo. Porque el buen contenido no se impone. Se adapta. Acompaña. Y conecta.

Más que palabras bonitas

Eso es lo que busco cada semana cuando redacto la newsletter o cuando preparamos una campaña: que no parezca marketing, sino una charla entre amigos. Que alguien nos lea y piense: “Ey, justo esto quería escuchar hoy”. Que sientan que hay una persona al otro lado del texto. Porque la hay.

No soy de los que se sacan selfies con el latte más fotogénico de la cafetería. Pero sí soy de los que se emocionan con una variedad nueva, con una historia detrás de un grano, con una molienda que cambia el resultado por completo.

Me gusta el café sin filtros ni artificios, como los textos que intento escribir: con intención, sin relleno, y si hace falta, con alguna contradicción.

Mi objetivo no es que digas “qué web tan bien hecha”. Prefiero que digas “me dio ganas de seguir leyendo”. O que te quedes un poco más, como quien entra a una cafetería por casualidad y termina volviendo cada semana.

En Cafés MyWay no escribimos para convencer. Lo hacemos para acompañar. Para construir una comunidad, una voz, una forma de estar. Y eso (aunque no siempre se note) es lo que más disfruto de este trabajo.

Porque cuando alguien nos escribe diciendo que siente que le hablamos como si estuviéramos en su cocina… entonces sé que vamos bien.

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