¿El café es diurético o se trata de otro mito?
Seguro que más de una vez, mientras disfrutas de tu café, te has preguntado si esa urgencia por ir al baño es gracias a él.
Es una de esas cosas sobre las que todo el mundo tiene una opinión, pero, ¿ qué dice la ciencia? ¿Es el café un villano de la hidratación o simplemente hemos malinterpretado sus efectos diuréticos?
Despejemos las dudas, si alguna vez te ha picado la curiosidad entre café y café, quédate.
¿El café realmente te deshidrata?
Sí, el café tiene propiedades diuréticas gracias a su contenido de cafeína, un conocido estimulante que promueve la producción de orina. Sin embargo, la creencia de que una taza nos lleva directamente a la deshidratación no es del todo correcta.
En dosis moderadas, el café nos aporta más líquido del que podría estimular a perder, equilibrando así su propio efecto diurético. Es solo cuando se consumen cantidades elevadas de cafeína de una sola vez cuando podemos ver un aumento significativo de la producción de orina, especialmente si tu cuerpo no está acostumbrado a ella.
¿Y el café descafeinado, es diurético?
Cuando hablamos de café descafeinado, muchos nos preguntamos si este compañero de tardes tranquilas comparte las mismas propiedades diuréticas que su antagónico cargado de cafeína.
La respuesta es que, aunque el café descafeinado contiene trazas de cafeína, su efecto diurético es tan reducido que prácticamente no incide en el balance hídrico de nuestro cuerpo. En otras palabras, puedes disfrutar de tu descafeinado sin preocuparte por la pérdida de líquidos.
Duración del efecto diurético del café
La persistencia del efecto diurético del café en nuestro sistema es una cuestión de tiempo y cantidad. Tras consumirlo, el pico de cafeína y por ende, su efecto estimulante se alcanza entre 30 y 60 minutos después. Aunque este efecto puede impulsar la producción de orina, suele ser breve. Para la mayoría de personas, cualquier efecto diurético disminuye a medida que la concentración de cafeína en la sangre se reduce, normalmente en un tiempo de 2 a 6 horas después del consumo. Por lo tanto, mientras mantengas un consumo moderado y distribuido a lo largo del día, el café no debería alterar significativamente tus necesidades de hidratación.
Teniendo claro estos puntos, podemos seguir disfrutando de nuestra amada bebida con la tranquilidad de que, en cantidades moderadas, el café es un placer que, lejos de deshidratarnos, enriquece nuestros días con su sabor y aroma únicos, manteniendo intacto el equilibrio de nuestra hidratación.
Referencias:
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