¿Quién descubrió el Café?

Antes de convertirse en el compañero indispensable de nuestras mañanas, el café tuvo un comienzo humilde, envuelto en leyendas y viajes a través de los diferentes continentes. La historia de cómo empezamos a tomar café es tan rica y compleja como la bebida misma.

Desde los antiguos montes de Etiopía hasta las modernas cafeterías urbanas, el camino que ha recorrido hasta llegar a ser una de las bebidas más preciadas del mundo está lleno de casualidades, descubrimientos y una constante búsqueda de la perfección.

¿Cómo se descubrió el café?: Leyendas y Realidades

Pastor Kaldi descubriendo el café

La leyenda más famosa sobre su descubrimiento nos lleva a Etiopía, alrededor del siglo IX. Se cuenta que un joven pastor llamado Kaldi se dio cuenta que sus cabras, tras haber comido los frutos de unos arbustos, se volvían mucho más enérgicas, hasta el punto de que no podían dormir por la noche. Tal era su curiosidad, que el pastor decidió probar estos frutos rojos y comprobó que tenían el mismo efecto vigorizante en él.

Kaldi compartió su hallazgo con un monje local, quien de primeras arrojó los frutos al fuego, desaprobando su uso. Sin embargo, el cautivador aroma de los granos tostados que salía del fuego fue lo que le hizo cambiar de opinión, así que los recogieron y molieron. Cuando mezclaron los granos tostados con agua, descubrieron una bebida que mantenía al monje «despierto» durante sus oraciones nocturnas. Así fue como tras este descubrimiento desde las altas montañas de Etiopía comenzó a expandirse hasta el resto del mundo.

Difusión a través de Arabia

El café no se quedó en Etiopía. Su uso se comenzó a extender rápidamente por la Península Arábiga, donde se cultivó y comercializó por primera vez. La ciudad de Mocha, en Yemen, se convirtió en un importante puerto de comercio de café, y esta bebida se hizo esencial en el mundo islámico. Los sufíes lo usaban para mantenerse despiertos durante sus devociones nocturnas, y en poco tiempo, el café se incorporó a la vida social y religiosa de la zona.

Así pues, podemos decir que en el mundo islámico, el café encontró su primer hogar formal. Las primeras cafeterías, conocidas como «qahveh khaneh», surgieron en torno al siglo XV en ciudades como La Meca y Estambul, convirtiéndose en populares centros de actividad social y debate. Estos espacios no solo servían café sino que también fomentaban el intercambio de ideas, y sin saberlo, sentando las bases de la cultura cafetera como la conocemos hoy.

La Expansión Cafetera en Europa

Café Florian Venecia
Café Florian Venecia

El siglo XVII marcó la llegada del café a Europa, pero tiene un recibimiento rodeado de escepticismo e incluso miedo, tuvo que enfrentarse a la resistencia de las autoridades eclesiásticas, se hablaba de él como «la bebida del diablo». Sin embargo, esta fama llegó a su fin, cuando el Papa Clemente VIII probó el café y lo bendijo, a partir de ese momento su popularidad se disparó. Surgieron las primeras Cafeterías que comenzaron a aparecer en ciudades como Venecia, París o Viena y convirtiéndose en salones literarios y políticos, que llegaron a influir en el curso de la Ilustración.

Revolución Industrial y Cambios Sociales

Con la Revolución Industrial, el café se entrelazó aún más con la vida cotidiana. La invención de la máquina de espresso por Angelo Moriondo y su posterior perfeccionamiento abrieron las puertas a una nueva era de consumo de esta bebida, ya que facilitaba modo de preparación más rápido y accesible. Las cafeterías proliferaron, convirtiéndose en un punto de encuentro para trabajadores, artistas y pensadores.

Llega su Consolidación Mundial

Una vez afincado en territorio europeo, el cultivo de café se expandió a colonias en Asia y el Nuevo Mundo, adaptándose a diferentes climas y suelos, esto provocó una gran variedad de sabores y aromas. Actualmente, el café se cultiva en más de 70 países, siendo Brasil, Vietnam y Colombia algunos de los mayores productores.

Es en el siglo XX con esta globalización del café, con marcas y cadenas extendiéndose por todo el mundo, es cuando surge un movimiento de café de especialidad, enfocado en la calidad, el origen y las prácticas de producción sostenible. Esto ha redefinido las expectativas y experiencias del consumidor.

Desde su humilde descubrimiento como un misterioso fruto en las alturas etíopes hasta su estatus actual como un imprescindible diario, el café ha sido testigo y partícipe de importantes cambios sociales, culturales y económicos a lo largo de la historia. Así pues, en cada taza que disfrutamos hoy es un homenaje a su rica historia y a las numerosas manos que han contribuido a su viaje.

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