Mi opinión de Nubra Coffee Roasters

Nubra Coffee Roasters ha aterrizado en el Barrio de las Letras como quien no quiere la cosa, pero con una carta de cafés que haría llorar de emoción (o de cafeína) a más de un barista.

Un proyecto joven, artesanal y obsesionado con el buen café… ¿merece toda la atención que está recibiendo? Te lo contamos sin filtros, pero con mucho aroma.

Orígenes con alma: La historia detrás de Nubra

La historia de Nubra nace como otros muchos tostadores de café de especialidad españoles... del fuego lento de muchos años de experiencia tras la barra.

Detrás de esta microtostadora de especialidad madrileña hay una historia de pasión, formación y ganas de hacer las cosas a su manera. El proyecto lo impulsan Valentina y Diego, dos profesionales con años de oficio, formados en barra y cata, habituados a ajustar recetas y perfiles con rigor.

El resultado es una marca que desde el minuto uno ha apostado por tres pilares: calidad, innovación y transparencia.

Con una idea muy clara: cada grano que salga de Nubra tiene que estar a la altura de los baristas más exigentes. Y ojo, que hablamos de un sector donde decir que algo “tiene notas de fruta tropical” ya no sorprende a nadie.

🔥TIP PRO

Para elegir un buen café de especialidad no sólo debes fijarte en la marca, lo más caro o conocido no tiene por qué ser lo mejor.

¿Quieres probar una café de especialidad bueno de verdad? Echa un vistazo a nuestras ediciones limitadas; micro-lotes exclusivos que están volando y van a estar poquito tiempo con nosotros como El Supremo.

Pack de cafés de especialidad intensos
  • Café de especialidad 100% arábica y origen único
  • Cada grano es seleccionado y tostado a mano por un experto barista.
  • Siempre se envía recién tostado
  • Puntuación mínima de 80 sobre 100 SCA

Ubicación con aroma: el corazón de Nubra en Madrid

Situado en Calle de la Alameda, 10, este pequeño local madrileño no es solo una cafetería bonita con buena luz para Instagram. Es el epicentro de todo lo que hacen: tuestan, preparan y sirven el café ahí mismo, a escasos metros del Museo del Prado.

Vamos, un maridaje cultural-cafetero que no sabías que necesitabas hasta que lo pruebas.

No hay trampa ni cartón: entras, ves la tostadora, el equipo de alta gama (tienen una Slayer en barra) y huele como si el café estuviera contando su propia historia. Abren de 9:00 a 17:00 y, si eres de los que se lo piensa mucho antes de pedir, tranquilo: los baristas están más que dispuestos a explicarte cada grano como si fuera su criatura.

Pero lo mejor es que el local no es un fin, sino un punto de partida. Aunque por ahora solo tienen esta sede física, su visión es mucho más ambiciosa: venta online con envíos a toda Europa y un programa wholesale para otras cafeterías que quieran elevar su nivel. Así que si no estás en Madrid, no pasa nada: Nubra llega hasta tu cocina (con aroma incluido).

La propuesta cafetera: microlotes, innovación y mucha pasión

Lidia Zafra preparando café Nubra en cafetera Chemex

Después de probarlo en varias ocasiones me pregunto, ¿Cuál es su filosofía?

Yo diría que solo entra en su menú aquello que les emociona, sorprende o, directamente, les vuela la cabeza en cata. Nada de relleno ni “café correcto”. Aquí todo es top o nada.

Trabajan exclusivamente con microlotes de alta gama, lo que significa que sus cafés no vienen de sacos genéricos ni de brokers impersonales. Son cafés de origen único, trazabilidad completa y procesos cuidados al milímetro. En su menú conviven cafés de Colombia, Etiopía, Kenia o Panamá con fermentaciones que suenan más a bodega que a finca: anaeróbicas, carbonic maceration, lavados dobles, honeys especiales… Vamos, que si un café ha pasado por Nubra, es porque tiene historia.

¿Y qué tal la variedad? Sorprendentemente amplia para el tamaño del proyecto: suelen manejar unos 15 cafés distintos en carta, más de lo que ofrecen muchas tostadoras más consolidadas.

Selección destacada: algunos cafés que hay que probar sí o sí

Entre tanto microlote exótico y fermentación experimental, hay algunos cafés que realmente se te quedan grabados. Y uno en particular (que he probado y repetiría sin pensarlo) es el Perú San Pablo Lavado.

San Pablo Lavado – Perú: un espresso redondo sin pretensiones raras

Lo bueno de este café es que no necesita llamar la atención con procesos extravagantes: su limpieza y equilibrio hacen todo el trabajo.

Este lote viene de San Pablo, Cajamarca, y está procesado por lavado tradicional, lo que en la práctica se traduce en claridad en taza y un perfil muy honesto. Las notas a chocolate con leche, avellana y un toque suave de manzana roja lo convierten en un café perfecto para espresso si te gusta la cremosidad sin que se te dispare la acidez.

💬 ¿Mi experiencia personal?

Opinión café Nubra

Lo probé como espresso doble y fue un “wow” inmediato. Redondo, dulce, sin amargor, y con un retrogusto que te acompaña sin cansar. De esos cafés que puedes tomar a diario sin aburrirte, pero con la calidad de uno especial. Y algo muy importante: no tienes que vender un riñón para comprar 200 g.

Si buscas info sobre este café en foros y tiendas especializadas como The Bean Geek, se menciona que es ideal tanto para espresso como para moka o Aeropress, con buena solubilidad y buena respuesta a diferentes temperaturas de extracción. Yo en estos puntos también opino lo mismo.

La experiencia de cliente: más que comprar café

Entrar en Nubra no es solo pedir un café, es meterte en una mini masterclass sin darte cuenta.
Los baristas no solo sirven, te explican, recomiendan y contagian su entusiasmo. Y si les das pie, te hablan de fermentaciones como si fueran sumilleres del grano. Todo sin postureo.

El local es pequeño pero muy bien pensado: acogedor, minimalista y con la tostadora a la vista, lo que siempre suma puntos para los curiosos (o los que van con prisa y necesitan una excusa para quedarse 10 min más).

¿No estás en Madrid? Sin problema: la web funciona de maravilla, tiene fichas completas, puedes elegir tipo de molido y hacen envíos a toda Europa. Además, lanzan promociones como envío gratuito por importe mínimo y permiten suscripción a su newsletter para enterarte antes que nadie de los nuevos lotes.

Marca con intención: cómo Nubra se gana el respeto (y la confianza)

Apenas llevan unos meses y ya están en guías como The Bean Geek, comparten estantería con tostadores consagrados en tiendas como Cafeshi y se han ganado el boca a boca entre baristas y cafeterías que saben lo que hacen.

¿El secreto? Branding cuidado, comunicación honesta y contenido con sentido.

Nada de frases vacías: en Instagram muestran cómo catan, tuestan y seleccionan cada café. La web (minimalista y funcional) detalla cada grano con datos reales, sin vender humo. Y el diseño de sus paquetes refuerza la idea de que aquí se toman el café muy en serio.

Además, van más allá de vender producto: ofrecen asesoramiento B2B, colaboran con productores de prestigio y organizan catas abiertas para conectar con la comunidad. Una estrategia que mezcla autenticidad, conocimiento y cercanía, y que les está funcionando.

Nubra no es para todo el mundo, y eso está bien.

Este tostador madrileño está pensado para quienes ven el café como algo más que cafeína mañanera. Si te gusta experimentar, aprender y saborear orígenes distintos, vas a disfrutar con cada gramo. Aquí no hay blends genéricos ni marketing barato: hay microlotes seleccionados con mimo, procesos innovadores y un respeto absoluto por el producto.

¿Merece la pena? Totalmente, si estás en ese punto en el que el café te importa de verdad.

Nubra combina curaduría de alto nivel, honestidad y pasión por el detalle. ¿Podría tener precios más accesibles en algunos microlotes? Quizá.

Pero cuando pruebas un Geisha que huele a jazmín desde el molinillo o un Perú San Pablo que hace magia en espresso, entiendes que aquí no hay trampa: solo café bien hecho, que… oye, igual te convence una vez que pruebas el San Pablo en espresso). Pero si estás en ese punto en que el café ya no es solo cafeína, sino algo más, aquí hay mucho que disfrutar.

Lo mejor:

  • Selección brutal de cafés: variedad, calidad y perfiles muy bien trabajados.
  • Transparencia total: cada café viene con ficha completa y sin humo.
  • Atención de baristas top: explican cada grano como si fuera su criatura favorita.
  • Tueste preciso: ni pasado ni plano, se nota la experiencia detrás.
  • Estética cuidada: desde el local hasta el packaging, todo comunica marca.

Lo mejorable (con cariño):

  • Precios algo elevados en algunos cafés top (sí, Geisha, te estamos mirando).
  • Local pequeño y con horario limitado: si llegas tarde, toca pedir online.
  • Algunos cafés vuelan: la rotación rápida es buena… salvo cuando te encariñas con uno.

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