Variedades de granos de cafés

GRANOS DE CAFÉ TYPICA


La variedad de café Typica es un pilar histórico y genético del café Arábica, reconocida por su sabor complejo y dulce, adaptabilidad a altas altitudes y contribución a variedades icónicas como Blue Mountain y Kona.

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Ficha variedad: Típica

Uno de los cafés más importantes cultural y genéticamente de Coffea arabica en el mundo, con alta calidad en Centroamérica. Variedad de porte alto, rendimiento bajo y muy alta susceptibilidad a la roya, bien adaptada a condiciones de clima más frío y de montaña.

Calidad muy buena en altura Porte alto tradicional Muy susceptible a la roya

Porte de la planta

Porte alto, con plantas vigorosas, tronco principal recto y ramas primarias largas. Es el arquetipo del cafeto tradicional de sombra en muchas zonas de montaña.

Brotes y follaje

Brotes jóvenes de color bronce. Copa amplia con hojas de tamaño medio a grande, adaptada a climas frescos y sistemas de sombra densa.

Tamaño de los granos

Granos grandes, con buena proporción de calibres comerciales (pantallas 16–17) cuando se cultiva en altura y se maneja adecuadamente.

Potencial de rendimiento
Bajo

Típica se caracteriza por un rendimiento claramente inferior al de variedades modernas; esta baja productividad es una de las razones por las que ha sido reemplazada en gran parte de América.

Calidad potencial en altura
Muy buena

En zonas frías de montaña, Típica puede ofrecer tazas muy limpias, dulces y complejas, con acidez brillante y notas florales y frutales que la han hecho célebre históricamente.

Resistencia a la roya
Baja / susceptible

En regiones con alta presión de roya solo se recomienda mantener Típica en parcelas manejadas específicamente para calidad, con fuerte énfasis en prevención.

Altitud recomendada

Rango orientativo de altitudes según la latitud:

5°N – 5°S >1200 m
5–15°N / 5–15°S >1000 m
>15°N / >15°S >800 m

Sanidad

  • Roya del cafeto : baja resistencia / susceptible; una de las variedades más afectadas en las grandes epidemias de roya del siglo XX y XXI.
  • Nematodos : susceptible.
  • Antracnosis de la cereza (CBD) : susceptible.

Agronomía

  • Primera cosecha : alrededor del año 4.
  • Maduración de la fruta: promedio dentro de la temporada de cosecha.
  • Requerimientos nutricionales: medios; responde bien a suelos fértiles y a la combinación de sombra y fertilización orgánica o mixta.
  • Rendimiento de cereza a pergamino: promedio.
  • Densidad de siembra: 3000–4000 árboles/ha con manejo de un solo tallo vertical, ajustando el marco de plantación según la pendiente y el sistema de sombra.
  • Información agronómica adicional: hoy se conserva sobre todo en parcelas tradicionales o proyectos centrados en calidad y diversidad genética, mientras que las grandes plantaciones comerciales han migrado a variedades más productivas y/o resistentes.

Background

Grupo genético
Grupo Borbón–Típica (Típica relacionada).
Familia / sinónimos
Conocida también como Criollo, Indio, Arábigo, Pluma Hidalgo, Blue Mountain y Sumatra, entre otros nombres locales.
Obtentor
Ninguno (selección histórica sin obtentor único).

Típica es una de las variedades fundacionales de Coffea arabica en el mundo. Como todo el café arábica cultivado, su linaje se remonta al suroeste de Etiopía, de donde pasó a Yemen entre los siglos XV y XVI. A partir de las plantaciones yemeníes, las semillas llegaron a la India y de allí a Indonesia: en 1696 y 1699 se enviaron semillas desde la costa de Malabar a la isla de Batavia (Java). De aquellas pocas plantas surgió la población que hoy identificamos como Típica. En 1706 una planta fue trasladada de Java a Ámsterdam y posteriormente, en 1714, compartida con Francia. Desde los Países Bajos y Francia la variedad se difundió por las colonias: Surinam, Guayana Francesa, el norte y sur de Brasil, el Caribe, México, Colombia y, finalmente, toda Centroamérica. Hasta la década de 1940 la mayoría de los cafetales de América del Sur y Central estaban plantados con Típica. Con el tiempo, su baja productividad y elevada susceptibilidad a enfermedades motivaron su sustitución por otras variedades, aunque aún se cultiva en países como Perú, República Dominicana y Jamaica (donde se conoce como Blue Mountain), y sigue siendo una referencia histórica clave para entender la diversidad genética del café arábica.

La variedad de café Typica es una de las más importantes y reconocidas a nivel mundial, tanto cultural como genéticamente.

Originaria del suroeste de Etiopía, Typica se extendió a Yemen en los siglos XV y XVI, y desde allí se distribuyó a través de rutas comerciales a India, Indonesia, y eventualmente a las Américas y otras partes del mundo en el siglo XVIII​.

Es la “variedad madre” de buena parte de los cafés que bebemos hoy: discreta en fama, enorme en influencia.

No es la más productiva, ni la más resistente, ni la más fácil de cultivar. Pero cuando se dan las condiciones adecuadas, puede ofrecer tazas elegantes, dulces y complejas que justifican cada esfuerzo en la finca. Entender la Típica es, en el fondo, entender de dónde viene casi todo lo demás.

Una pieza clave en la familia arábica

granos de café variedad castillo

Durante siglos, la Típica ha sido uno de los cafés más importantes a nivel cultural y genético.

En prácticamente cualquier árbol genealógico de variedades arábica, la verás en la base junto a Borbón, como una de las dos grandes “familias” de las que descienden muchas de las variedades modernas.

De ella salen o se derivan líneas tan conocidas como Mundo Novo, Maragogype, Pacamara o distintas selecciones locales en América Latina y el Caribe.

Por eso se habla tanto de Típica aunque no siempre aparezca en la etiqueta: está detrás de muchos cafés que hoy se venden bajo otros nombres.

Cuando se cultiva en su rango ideal de altitud y se trabaja bien, la Típica suele dar cafés dulces, limpios y elegantes. Con notas florales y frutales, buena claridad y una complejidad que se aprecia más cuanto más te fijas.

No es el “fuego artificial” de otros perfiles más estridentes, sino algo más clásico: una taza fina, equilibrada, que muchos tostadores usan como referencia de calidad tradicional.

El lado bueno… y el lado incómodo de la Típica

La Típica produce poco y es muy vulnerable. Su rendimiento suele estar por debajo de otras variedades como Borbón y, además, es especialmente susceptible a enfermedades como la roya, la antracnosis de la cereza y a problemas de nematodos en el suelo.

Eso significa más riesgo, más trabajo y, casi siempre, más coste.

Para muchos caficultores, la ecuación es sencilla: si no hay acceso a un mercado que pague un precio alto por la calidad de la Típica, no compensa mantenerla.

Por eso, con los años ha ido desapareciendo de muchas zonas donde antes era dominante. Aun así, sigue presente en países como Jamaica (con el famoso Blue Mountain), Perú, México, República Dominicana o algunas áreas de Centroamérica, sobre todo en fincas que apuestan por la calidad y la diferenciación más que por el volumen.

Origen e historia de la Típica: de Etiopía al resto del mundo

café de etiopía

Si tiramos del hilo, la historia de la Típica es casi la historia del café arábica tal y como lo entendemos hoy.

Todo arranca en el suroeste de Etiopía, donde se sitúa el origen del arábica. De ahí pasa a Yemen entre los siglos XV y XVI, cuando el café empieza a cultivarse y comercializarse de forma más sistemática. Hasta aquí, nada exclusivo de Típica: es el camino común de casi todo el arábica.

El giro llega cuando, hacia 1700, semillas procedentes de Yemen viajan a la costa de Malabar, en India, y desde allí a la isla de Java (Indonesia). Esas pocas semillas que se plantan en Java son las que, con el tiempo, se reconocerán como la variedad Típica.

A partir de ahí, la planta empieza su tour mundial.

En 1706, una planta de Típica sale de Java rumbo a los jardines botánicos de Ámsterdam. Desde Holanda, se comparte material con Francia, y en unas décadas ambos países empiezan a llevar café Típica a sus colonias en América.

Primero llega a Surinam y Guayana Francesa, después sube por el norte de Brasil, entra en las islas del Caribe (Martinica, Santo Domingo, Cuba, Puerto Rico, Jamaica…) y de ahí pasa a Centroamérica y México.

Durante buena parte del siglo XIX y la primera mitad del XX, la Típica es prácticamente la variedad dominante en Centro y Sudamérica. Hasta los años 40, la mayoría de plantaciones de la región están llenas de estos árboles altos, de rendimiento modesto y calidad muy apreciada.

Con el tiempo, y a medida que aparecen variedades más productivas y resistentes, la Típica va perdiendo terreno. Pero su huella queda por todas partes: en nombres locales (Criollo, Arábigo, Pluma Hidalgo, Sumatra, Blue Mountain…) y en la genética de muchísimas variedades modernas.

Características agronómicas de la Típica

variedad de café typica

La Típica no es una planta discreta. En finca se ve de lejos.

Es un árbol alto, de porte vertical, capaz de rondar los cinco metros si no se controla la poda. El tronco es relativamente fino, las ramas son largas y se disponen bastante separadas entre sí.

No es la típica planta compacta que permite meter muchas por hectárea sin pensárselo.

Las hojas son grandes, con esas puntas de color bronce en los brotes jóvenes que ayudan a reconocerla, y las cerezas tienen una forma más bien alargada. Los granos, una vez procesados, suelen ser de tamaño grande.

Perfil Agronómico: Típica

La «Gigante Frágil» Original

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Inconfundible Árbol alto (hasta 5m), ramas largas y espaciadas, y brotes color bronce. No permite siembras compactas.

Exige zonas frescas de altura (>1.600m cerca del ecuador). Su rendimiento es bajo (-30% vs Borbón) y su resistencia a enfermedades es mínima.

🚨 Alerta Sanitaria: Muy susceptible a Roya, Nematodos y CBD. Requiere alto presupuesto de mantenimiento.

Altitud y clima: dónde se siente cómoda

Cafetales en Perú

La Típica rinde mejor en zonas frescas de altura. No es una variedad pensada para bajas altitudes ni para climas demasiado cálidos.

Las recomendaciones agronómicas suelen ir en esta línea:

  • Cerca del ecuador (unos 5º al norte o al sur), lo ideal es por encima de 1.600 metros.
  • En franjas un poco más alejadas (hasta unos 15º), a partir de 1.300 metros.
  • Más lejos del ecuador, puede funcionar bien por encima de 1.000 metros.

En altitudes más bajas, la planta puede sobrevivir, pero la calidad en taza y la resistencia general se resienten. La Típica necesita ese punto de frescor y amplitud térmica para sacar todo lo que lleva dentro.

Rendimiento, densidad y manejo

La Típica tiene un rendimiento relativamente bajo. Produce entre un 20 % y un 30 % menos que Borbón, por ejemplo.

Es decir: por la misma superficie y el mismo esfuerzo, sale menos café.

Además, al ser una planta alta y con ramas largas, la densidad de siembra recomendada no es especialmente alta: se mueve en torno a 3.000–4.000 árboles por hectárea cuando se trabaja con poda de un solo tallo vertical.

Como ocupa más espacio, no se puede “apiñar” tanto como otras variedades más compactas.

Tarda algo más en arrancar: la primera cosecha comercial suele llegar hacia el cuarto año. A partir de ahí, si se trata bien, puede mantenerse en producción muchos años, pero siempre con ese techo de rendimiento más bajo que otras opciones modernas.

En nutrición, sus requerimientos se consideran medios.

No es la más exigente, pero su baja producción hace que cada error de manejo pese más, porque hay menos margen para “compensar” con volumen.

Plagas y enfermedades: el gran problema

variedad de café typica flores

Si el bajo rendimiento fuera el único inconveniente, quizá la Típica seguiría ocupando muchas más hectáreas. Pero hay más.

Es una variedad muy susceptible a varias de las principales amenazas del café:

  • Roya del cafeto: la ataca con facilidad y puede debilitar seriamente el árbol.
  • Antracnosis de la cereza (Coffee Berry Disease): afecta al fruto y puede reducir de forma drástica la cosecha.
  • Nematodos: dañan las raíces, merman el vigor y hacen que la planta sea más frágil.

Todo esto implica que, para mantener Típica con cierta estabilidad, el productor necesita presupuesto, tiempo y acceso a insumos: podas bien hechas, manejo del sombreado, fertilización adecuada y programas de control de enfermedades más serios.

En zonas con pocos recursos, el resultado es fácil de imaginar: sin tratamientos ni manejo constantes, la producción se desploma y la variedad acaba siendo sustituida por otras líneas más resistentes.

Perfil de sabor de la Típica y calidad en taza

Con este panorama agronómico, la pregunta obvia es: ¿qué tiene la Típica en la taza para que todavía haya gente que se complique la vida con ella?

Cuando se cultiva en altura, se maneja bien y se procesa correctamente, la Típica puede ofrecer cafés de una finura muy marcada. Hablamos de perfiles:

  • Dulces y limpios, sin aristas raras.
  • Con notas florales y frutales claras: flor blanca, cítricos suaves, fruta de hueso, a veces toques de frutos secos delicados.
  • Acidez presente pero normalmente integrada, elegante, sin estridencias.
  • Cuerpo medio, sensación en boca sedosa cuando está realmente bien trabajada.

Perfil Sensorial: Típica

«La Finura que No Pasa de Moda»

Un café de estructura fina. Destaca por su extrema limpieza, notas florales (flor blanca) y una sensación en boca sedosa. No es explosivo, es sofisticado.

🌸 Flor Blanca 🍊 Cítricos Suaves ✨ Textura Sedosa
⛰️ La Referencia: Jamaica Blue Mountain

El ejemplo perfecto de una Típica bien llevada: dulzor alto, acidez fina y un equilibrio total.

Un ejemplo clásico es el Jamaica Blue Mountain, probablemente la selección de Típica más famosa del mundo.

Cultivado a gran altitud, procesado casi siempre como lavado y con un control muy estricto de calidad, suele dar tazas muy equilibradas, dulces, con textura suave y una acidez fina. No es el café más “explosivo” del mercado, pero sí uno de los que mejor personifica esa elegancia de la Típica bien llevada.

Por eso, aunque haya variedades con perfiles más llamativos, la Típica mantiene su prestigio: ofrece una calidad “clásica” muy alta, de esas que no pasan de moda.

Dónde se cultiva hoy la Típica y qué variedades descienden de ella

Hoy, la Típica ya no es la reina de las estadísticas, pero sigue jugando un papel importante en varias capas del sector.

En términos de cultivo, se la puede encontrar todavía en:

  • Jamaica, con la ya mencionada Blue Mountain como selección emblemática.
  • Partes de Perú, donde está recuperando terreno después de años en los que la roya empujó a muchos productores hacia variedades más resistentes.
  • Zonas de México, República Dominicana, Centroamérica y el Caribe, muchas veces en fincas con tradición o proyectos centrados en calidad.

En la mayoría de estos sitios no es la variedad mayoritaria, pero sí una pieza clave dentro de parcelas específicas o microlotes orientados al mercado de especialidad.

Luego está su papel como “madre genética”. De Típica (a veces cruzada con Borbón) salen o se vinculan:

  • Mundo Novo: un cruce natural entre Típica y Borbón, muy importante en Brasil.
  • Maragogype: una mutación de Típica, famosa por su grano gigante.
  • Pacamara: cruce entre Maragogype y Pacas (esta última, a su vez, ligada a Borbón).

Y a eso le sumas todas las denominaciones locales bajo las que se esconde la misma base genética: Criollo, Arábigo, Pluma Hidalgo, Sumatra, Blue Mountain…

Es decir, aunque el nombre “Típica” no aparezca siempre en la bolsa, su influencia está en muchísimas variedades que sí vemos a diario en catálogos y cartas de café.

Dónde se cultiva hoy la Típica y el peso de sus descendientes

¿Cuándo tiene sentido apostar por Típica?

La respuesta cambia bastante si hablamos desde el lado del productor o desde el punto de vista de quien compra café.

Para el productor

Tener Típica en la finca puede tener sentido cuando se dan varias condiciones a la vez:

  • Altitud adecuada y un clima que favorezca tanto la calidad en taza como la salud del árbol.
  • Presupuesto y conocimientos para manejar bien la roya, las plagas y el resto de enfermedades.
  • Acceso a un mercado de especialidad dispuesto a pagar un diferencial claro por la calidad de esa Típica.

En un escenario así, la variedad puede compensar: produce menos, exige más cuidados, pero permite vender el café a un precio más alto y posicionar la finca en un segmento de calidad elevada.

En cambio, si la finca está en zonas de menor altitud, con pocos recursos para manejo y sin canales directos hacia compradores de especialidad, apostar por Típica suele ser un riesgo difícil de justificar.

Para quien compra café

Desde el lado del consumidor, la clave está en no dejarse llevar solo por el nombre. Ver “Típica” en una etiqueta puede ser una buena señal, pero no es garantía de nada por sí misma.

Tiene sentido pagar un poco más por un café Típica cuando:

  • La bolsa ofrece trazabilidad clara: finca, región, altitud, proceso.
  • El tostador explica bien el perfil de taza y cómo se ha trabajado ese café.
  • Procede de orígenes donde la Típica tiene tradición y condiciones para brillar (ciertas zonas de Centroamérica, Caribe, Perú, Jamaica, etc.).

Si te gustan los cafés elegantes, limpios, con dulzor marcado y complejidad sin estridencias, una buena Típica encaja muy bien. No es el café “golpe de efecto” de moda, es más bien el equivalente a un clásico bien hecho.

Y, al final, ésa es quizá la mejor forma de entenderla: como la variedad que ha estado ahí desde el principio, que ha dado lugar a muchas otras y que, cuando se la cuida como necesita, sigue demostrando por qué fue, durante tanto tiempo, el modelo de referencia de lo que podía ser un buen café arábica.