Variedades de granos de cafés

GRANOS DE CAFÉ SL28


La variedad de café SL28 es una de las variedades más respetadas del sector, nacida en laboratorio en Kenia y convertida, con los años, en sinónimo de notascomplejas, brillantes y muy buscadas.

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Ficha variedad: SL28

Variedad arábica del grupo Borbón–Típica, seleccionada en Kenia por los Scott Agricultural Laboratories a partir de la población “Tanganyika resistente a la sequía”. Es famosa por su excepcional calidad en taza y buena tolerancia a la sequía, pero es susceptible a las principales enfermedades del café.

Calidad excepcional Tolerante a la sequía Susceptible a enfermedades

Porte de la planta

Porte alto, con plantas vigorosas que se comportan bien en altitudes medias y altas. Adecuada para sistemas de siembra de menor densidad.

Brotes y follaje

Brotes jóvenes principalmente verdes, con ocasionales tonos bronce. Las ramas primarias son semi erectas, pero tienden a volverse decumbentes o caídas tras varias temporadas de cosecha.

Tamaño de los granos

Granos grandes, con buena proporción de semillas de tamaño superior, apreciadas para cafés de especialidad.

Potencial de rendimiento
Bajo

Su rendimiento suele ser inferior al de variedades modernas de alto desempeño (por ejemplo, Catuaí o Sarchimor), por lo que se elige principalmente por su calidad en taza y no por volumen.

Calidad potencial en altura
Excepcional

En buenas condiciones de altura y manejo puede producir tazas con acidez brillante, gran dulzor y complejidad, lo que ha hecho de SL28 una de las variedades más apreciadas en Kenia y otros orígenes de África Oriental.

Resistencia a la roya
Baja / susceptible

Clasificada como de baja resistencia o directamente susceptible a roya, lo que limita su adopción en zonas muy afectadas por esta enfermedad.

Altitud recomendada

SL28 está adaptada a altitudes medias y altas y muestra su mejor calidad por encima de los rangos mínimos siguientes, según la latitud:

5°N – 5°S >1200 m
5–15°N / 5–15°S >900 m
>15°N / >15°S >700 m

Sanidad

  • Roya del cafeto : baja resistencia / susceptible; necesita manejo preventivo intensivo.
  • Nematodos : susceptible.
  • Antracnosis de la cereza (CBD) : susceptible.

Agronomía

  • Primera cosecha : a partir del año 3.
  • Maduración de la fruta: no bien documentada; suele comportarse como maduración media según el manejo y el ambiente.
  • Requerimientos nutricionales: más bien bajos, aunque responde positivamente a un manejo nutricional equilibrado.
  • Rendimiento de cereza a pergamino: alto; buena conversión de cereza a grano pergamino.
  • Densidad de siembra: 1000–2000 árboles/ha usando la poda de un solo tallo vertical, acorde a su porte alto.
  • Notas agronómicas adicionales: las puntas de los brotes son principalmente verdes, con casos ocasionales de brotes tipo bronce. Las ramas semi erectas tienden a volverse caídas tras varias cosechas. En los ensayos multilocales de WCR se evaluó en 23 sitios de 15 países, mostrando que su rendimiento y comportamiento frente a roya varían según las razas de enfermedad presentes en cada entorno.

Background

Grupo genético
Grupo Borbón–Típica (relacionada con Borbón).
Cruce / origen
Selección de la población “Tanganyika resistente a la sequía”, con antecedentes genéticos similares a Borbón.
Obtentor
Scott Agricultural Laboratories (actual NARL), Kenia.

La SL28 es una de las variedades de café más conocidas y respetadas de África. Fue seleccionada en los años 30 en los Scott Agricultural Laboratories (hoy Laboratorios Agrícolas Nacionales, NARL, en Kabete, Kenia) a partir de un árbol de la población “Tanganyika resistente a la sequía”. Las selecciones realizadas en ese periodo recibieron el prefijo SL, y SL28 se considera la selección “estrella” de aquel programa de mejoramiento. Se difundió ampliamente en Kenia y otros países de África Oriental (como Uganda, Malawi y Zimbabue) y hoy también se ha introducido en América Latina. Combina gran rusticidad (con árboles capaces de seguir produciendo durante décadas) y una calidad de taza excepcional en altura, aunque es susceptible a las principales enfermedades del cafeto.

Variedad de café SL28: qué es y de dónde sale

La SL28 es una variedad de Coffea arabica nacida en Kenia en los años 30. Es una selección concreta, documentada, que hoy se considera una de las grandes protagonistas del café de especialidad.

Detrás de esas cuatro letras y dos números hay laboratorio, agronomía y muchas décadas de prueba y error en finca.

Qué significa realmente “SL28”

Las siglas SL vienen de Scott Laboratories (o Scott Agricultural Laboratories), un centro de investigación agrícola que operaba en Kenia en época colonial. Allí, un equipo de agrónomos trabajaba en mejorar cultivos, entre ellos el café, buscando plantas más productivas, más estables y mejor adaptadas al clima local.

En ese contexto empezaron a seleccionar distintos árboles de café, numerándolos como una serie: SL-1, SL-2, SL-3… hasta llegar a la selección número 28, la que se quedaría para siempre con el nombre de SL28.

El número no es más que eso: el orden dentro de la serie. Lo importante es que esa planta concreta mostraba algo que los agrónomos querían conservar y multiplicar.

De Tanzania a Kenia: el origen genético

Cafetales

La historia se remonta un poco más allá de Kenia. Parte del material que daría lugar a la SL28 procede de una población conocida como Tanganyika Drought Resistant, observada en la antigua Tanganyika (hoy parte de Tanzania).

¿Qué vieron allí?

Plantas que aguantaban bien la sequía y respondían de forma razonable en condiciones menos favorables de agua. Eso, en un contexto de agricultura de secano y cambios climáticos, era oro.

Esas plantas se llevaron a Kenia, se cruzaron, se seleccionaron y se evaluaron durante años. De todo ese trabajo salió la SL28: una variedad con raíces en el grupo Borbón, pensada para combinar buena calidad en taza con cierta tolerancia a la sequía.

Una variedad pensada para durar

Desde el principio, la SL28 se diseñó como una apuesta a largo plazo. La idea era conseguir una planta que pudiera permanecer décadas en producción.

En muchas fincas de Kenia todavía existen árboles de SL28 muy viejos que siguen produciendo café comercial cuando reciben un mínimo de cuidados. Ese carácter rústico es una de las razones por las que la variedad ha sobrevivido a tantos cambios en el sector, a pesar de sus problemas serios con enfermedades como la roya o la CBD.

Es decir, no es una planta frágil de laboratorio que se venga abajo al primer descuido. Es más bien lo contrario: una variedad que resiste, y que responde si se le vuelve a prestar atención.

De icono keniano a variedad global

maestro tostador

Durante décadas, la SL28 fue sobre todo un asunto keniano. Asociada a las cooperativas, a las subastas de café del país y al perfil “clásico” de Kenia: acidez marcada, fruta roja, cítricos, mucha limpieza.

Con el crecimiento del café de especialidad, ese prestigio salió de las fronteras del país. Tostadores de Europa, Estados Unidos y Asia empezaron a buscar lotes de SL28 específicamente, y el nombre de la variedad se convirtió casi en una marca en sí misma.

A partir de ahí, la expansión era cuestión de tiempo.

Hoy, además de en Kenia, la SL28 se cultiva en otros países africanos como Malawi, Uganda o Zimbabue, y se ha introducido en varias regiones de América Latina: Colombia, Costa Rica, Panamá, Guatemala, entre otros.

En muchos casos, se plantan pequeñas parcelas de SL28 en fincas que quieren ofrecer microlotes de alta gama.

No es la variedad dominante en esos países, ni mucho menos, pero sí es una carta “especial” en el catálogo de muchos productores que quieren jugar en ligas altas de calidad.

Qué significa ver “SL28” en una etiqueta

Cuando ves la variedad SL28 en un paquete, no estás simplemente ante un nombre exótico. Estás ante una planta con:

  • Un origen claro en la investigación agronómica de Kenia.
  • Una relación genética cercana al Borbón, uno de los grandes grupos de calidad en arábica.
  • Una trayectoria larga en finca, con árboles que pueden mantenerse productivos durante décadas.
  • Y un prestigio construido en taza, no en marketing.

Luego ya entra el cómo se ha cultivado, el proceso, el tueste y la mano del tostador. Pero, de base, SL28 significa una cosa clara: estás ante una variedad con historia, carácter y expectativas altas.

Características agronómicas de la SL28: clima, altitud, rendimiento y enfermedades

La SL28 es, ante todo, una planta pensada para el campo, no para el laboratorio.

En finca se reconoce rápido: es un árbol alto, de porte vigoroso, con ramas que al principio crecen semierguidas y con los años acaban cayendo por el peso de las cosechas.

Los granos que produce son grandes, algo que gusta mucho a productores y exportadores porque mejora el rendimiento comercial del café que sale de cada cereza.

Los brotes nuevos suelen tener las puntas de un verde intenso y, en algunos casos, ligeros tonos bronceados.

No es una planta compacta tipo Caturra o Catuaí, así que ocupa más espacio y exige una poda más pensada si se quiere mantener la altura bajo control.

Clima y altitud: dónde se siente cómoda

La SL28 está diseñada para altitudes medias y altas. Funciona especialmente bien por encima de los 900–1.000 metros en latitudes cercanas al ecuador, y a partir de ahí su potencial de calidad crece a medida que sube la altitud, siempre que el clima acompañe.

En la práctica, eso significa que la vas a encontrar sobre todo en zonas de montaña: clásicos de Kenia como Nyeri o Kirinyaga, regiones altas de Uganda, Malawi o Zimbabue y, ya en América Latina, fincas de Colombia, Costa Rica o Panamá que trabajan entre media y alta altitud.

Otra pieza clave es el agua.

La SL28 se hizo famosa precisamente por su tolerancia a la sequía. Su sistema radicular profundo le permite aguantar periodos secos mejor que muchas otras variedades arábicas.

Esto no significa que “no necesite agua”, sino que soporta mejor años irregulares o estaciones más cortas de lluvia sin colapsar en producción.

Rendimiento, nutrición y tiempos de producción

Aquí conviene matizar, porque hay dos relatos que conviven. Sobre el papel, en fichas técnicas y ensayos comparativos, la SL28 se clasifica como una variedad de potencial de rendimiento más bien bajo.

Sin embargo, muchos productores la describen como bastante productiva cuando está bien manejada y plantada en zonas donde se adapta bien.

El punto intermedio sería algo así: no es la variedad con la que vas a sacar el máximo volumen posible por hectárea, pero sí puede ofrecer cosechas interesantes si se cuida, y compensa parte de ese “sacrificio” con un precio más alto por su calidad en taza.

En cuanto a nutrición, la SL28 tiene una exigencia baja de fertilización. No es una planta especialmente “tragona”, lo que permite trabajar con densidades relativamente moderadas en torno a 1.000–2.000 plantas por hectárea sin disparar los costes de abonado.

El primer gran momento llega en torno al tercer año, que es cuando normalmente entra en producción comercial. A partir de ahí, si se gestiona bien la poda y el control de enfermedades, puede mantenerse dando cosechas durante décadas.

En Kenia no es raro encontrar árboles de SL28 con 60 o más años que siguen siendo productivos.

Además, el rendimiento de cereza a grano verde suele ser alto, es decir, de cada kilo de cereza se obtiene una proporción relativamente generosa de café exportable. Para el productor, esto también suma.

Enfermedades y plagas: el peaje de la calidad

Agronómicamente, la SL28 tiene una gran virtud (la tolerancia a la sequía) pero paga un precio claro en otro frente: es muy susceptible a las principales enfermedades del café.

En concreto, la variedad muestra baja resistencia a:

  • Roya del cafeto, que debilita el árbol y puede tumbar la producción si no se controla.
  • Coffee Berry Disease (CBD) o antracnosis de la cereza, una enfermedad del fruto que puede arruinar buena parte de la cosecha.
  • Nematodos del suelo, que atacan las raíces y reducen vigor y productividad.

El Peaje de la Calidad: SL28

Susceptibilidad a Enfermedades vs. Virtudes

💧 La Gran Virtud: Tolerancia a la Sequía Resiste periodos secos mejor que otras variedades, pero paga un precio fitosanitario alto.

Para obtener su extraordinaria taza, el productor debe asumir un riesgo elevado. La SL28 muestra baja resistencia a las principales amenazas, exigiendo un control estricto y costoso.

Comparativa: Variedades modernas como Ruiru 11 o Batian reducen este gráfico a mínimos, pero a menudo sacrificando la complejidad de taza de la SL28.

Esto obliga al productor a estar encima: programas de control muy estrictos, podas cuidadosas, estar pendiente del sombreado y del suelo… y, en muchos casos, un coste alto en tratamientos.

No es casualidad que, en Kenia y otros países, algunos agricultores estén sustituyendo parte de sus SL28 por variedades más modernas, como Ruiru 11 o Batian, que son mucho más resistentes a enfermedades aunque no siempre alcancen el mismo nivel de calidad en taza.

En otras palabras: la SL28 puede dar cafés extraordinarios, pero lo hace a cambio de más riesgo y más trabajo. No es la opción cómoda para quien solo quiera volumen y estabilidad; es la elección de quien está dispuesto a asumir ese peaje a cambio de un perfil de taza que el mercado de especialidad paga y valora.

Qué implican estas características para el productor

caficultores

Si lo miramos en conjunto, la ficha agronómica de la SL28 se podría resumir así:

– Plantas altas, adaptadas a altitud media-alta y zonas de cierta sequedad.
Tolerancia a la falta de agua, pero alta vulnerabilidad a enfermedades clave.
– Entrada en producción lenta (año 3), con árboles que pueden durar muchos años si se cuidan.
– Costes de manejo elevados por los tratamientos y la atención constante que exige.

Por eso, la SL28 suele ser la variedad de quienes apuestan por el café de especialidad en serio, no la de quien solo quiere llenar sacos.

Perfil de sabor del café SL28 y calidad en taza


Si esta variedad se ha vuelto casi mítica en café de especialidad no es por su nombre, ni por su historia en laboratorio, sino por cómo se comporta cuando el grano está bien cultivado, bien procesado y bien tostado.

Cuando eso ocurre, la SL28 ofrece un perfil que muchos definen como “brillante, complejo y muy limpio”. Y no es una exageración.

Qué sabor hemos encontrado en nuestras catas

Aunque ya sabemos que depende de muchos factores, en general esto es lo que nos hemos encontrado en nuestras pruebas de cata de la variedad SL28:

Acidez alta, pero definida. No es una acidez sucia o punzante, sino más cercana a cítricos maduros, grosella, frutos rojos, a veces recuerda a naranja sanguina o pomelo dulce.

Dulzor claro. No es un café plano ni seco. Cuando está bien trabajado, la SL28 tiene un dulzor que equilibra esa acidez y la hace agradable, casi jugosa. Aparecen notas tipo caramelo claro, miel, panela o frutas muy maduras.

Aromas y sabores complejos. En muchos lotes se perciben matices florales (jazmín, flor blanca) y capas de fruta que van cambiando a medida que baja la temperatura de la taza. No es un café que se “acabe” en el primer sorbo.

Cuerpo medio. No suele ser un café pesado ni denso; más bien tiene una estructura media, con sensación en boca limpia y final prolongado. Esa combinación de ligereza relativa y profundidad de sabor es parte de su encanto.

Perfil Sensorial: SL28

«Brillante, Complejo y Muy Limpio»

Famosa por su acidez estructural (no agresiva) que sostiene toda la experiencia. Ofrece una sensación jugosa, equilibrada por un dulzor claro y un cuerpo medio elegante.

🍇 Grosella / Frutos Rojos 🍊 Cítricos Maduros 🌸 Jazmín / Floral
* No recomendada para quienes buscan baja acidez. La acidez aquí es la protagonista absoluta.

La acidez: protagonista absoluta

Aquí no hablamos de la acidez agresiva de un café mal procesado o mal tostado, sino de una acidez estructural, integrada, que sostiene toda la experiencia. Cuando se cata en mesa junto a otras variedades, la SL28 suele destacar precisamente por esa sensación de frescura y tensión en la taza.

¿Significa eso que todos los cafés SL28 serán “muy ácidos” para cualquier consumidor?

No necesariamente.

Depende de la altitud, del proceso, del tueste y del método de preparación. Pero si alguien busca un café “bajito de acidez”, esta variedad no suele ser la primera recomendación.

Cómo influyen origen, altitud y proceso

El perfil clásico que se asocia a la SL28 viene de Kenia, sobre todo de regiones altas como Nyeri o Kirinyaga, con suelos volcánicos y altitudes generosas.

De ahí salen muchas de las tazas que han construido la fama de la variedad: cafés lavados, muy limpios, con acidez cítrica, fruta roja y un dulzor claro.

Cuando la SL28 se planta en otros países y contextos, el perfil se mueve, pero mantiene ciertos rasgos reconocibles. En América Latina, por ejemplo, pueden aparecer frutas algo diferentes (más tropicales, notas de mango, maracuyá o piña en algunos casos) y una acidez que, aunque sigue siendo protagonista, no siempre es tan cortante como en algunos kenianos de altura extrema.

El proceso también pesa.

En lavados bien ejecutados, la SL28 muestra su versión más nítida y estructurada: acidez marcada, mucha transparencia y un final largo. En procesos honey o naturales, pueden intensificarse las notas de fruta madura y dulzor, a costa de perder algo de limpieza y definición, pero ganando en volumen aromático.

En cualquier caso, incluso en procesos más “modernos” (fermentaciones prolongadas, anaeróbicos, etc.), la variedad suele dejar su huella: esa mezcla de acidez activa y dulzor bien presente.

Por qué la SL28 puntúa tan alto

Cuando se habla de puntuaciones por encima de 86–87 puntos en cafés de especialidad, la SL28 es una invitada habitual. No porque se puntúe “de oficio”, sino porque la estructura de la taza ayuda mucho a sumar:

– Acidez compleja y bien integrada.
– Dulzor elevado.
– Aromas definidos y variados.
– Final largo, con retrogusto agradable.

Esto hace que muchos lotes de SL28 sean candidatos naturales a subastas, microlotes especiales o cafés de competición. Para un tostador, tener un buen SL28 en catálogo es casi una declaración de intenciones: indica que se está jugando en una liga de cafés con perfil muy claro y exigente.

Además, la variedad aguanta bien tuestes claros pensados para filtro, donde se busca precisamente resaltar acidez y complejidad sin esconder nada bajo el tueste.

Cuando la taza no está a la altura del nombre

Que en una bolsa ponga “SL28” no garantiza automáticamente una gran experiencia. La variedad tiene potencial, sí, pero ese potencial se puede perder en varios puntos: mal manejo en finca, procesos deficientes, secado rápido o inestable, almacenamiento inadecuado, tueste plano o pasado, etc.

El resultado puede ser un café con el nombre de una variedad mítica, pero con una taza sin brillo: acidez apagada o desbalanceada, dulzor pobre, aromas confusos. Y eso pasa más de lo que parece.

Por eso, más que quedarse solo con la etiqueta, tiene sentido mirar el conjunto: quién lo produjo, quién lo procesó, quién lo tostó y cómo habla ese tostador del café. En una buena mano, la SL28 justifica su fama. En una mala, es solo un nombre conocido pegado a un café del montón.

Dónde se cultiva hoy la SL28

Aunque su nombre suene cada vez más en tostadores de todo el mundo, la casa original de la SL28 sigue siendo la misma: Kenia.

La encuentras sobre todo en las tierras altas centrales del país, en zonas como Nyeri, Kirinyaga, Murang’a o Embu. Allí, pequeños productores organizados en cooperativas llevan décadas trabajando con esta variedad, mezclándola a menudo con SL34 y, en menor medida, con otras más modernas.

En estas regiones la SL28 no es solo una “variedad de catálogo”, sino parte del paisaje. Muchos árboles llevan años (o directamente generaciones) en las mismas fincas, podados, renovados y reinyectados en el sistema productivo una y otra vez.

Fuera de Kenia, la SL28 se ha extendido a otros países del África oriental y austral: Uganda, Malawi, Zimbabue, Zambia… En la mayoría de casos, se trata de zonas altas, con estaciones marcadas de lluvia y suelos relativamente ricos, donde puede desplegar su potencial de calidad.

En los últimos años ha dado otro salto importante: América Latina.

Fincas de Colombia, Costa Rica, Guatemala, Panamá y otros orígenes han empezado a plantar pequeñas parcelas de SL28, casi siempre orientadas a microlotes de alta gama. No es la variedad dominante en estos países, pero sí una especie de “as en la manga” para productores que quieren ofrecer cafés muy diferenciados.

SL28 frente a otras variedades de Kenia

variedades de café

Hablar de SL28 en Kenia es, casi siempre, hablar de ella en relación con otras variedades. No vive sola: comparte finca, historia y debates con nombres como SL34, Ruiru 11 o Batian.

Cada una representa un enfoque distinto sobre la misma pregunta: ¿qué quiere el productor? ¿calidad máxima, estabilidad, resistencia, rendimiento?

SL28 vs SL34: familia cercana, matices distintos

SL28 y SL34 nacen en el mismo contexto, de la misma serie de selecciones de Scott Laboratories. En el campo, las dos son árboles altos, de buena estructura, con granos grandes y una reputación sólida en taza.

La SL34 suele asociarse algo más a zonas con mayor disponibilidad de agua y, en algunos casos, a altitudes y condiciones ligeramente distintas, pero en la práctica, en muchas fincas se plantan juntas y se manejan de forma muy similar.

En términos de sabor, las dos pueden ofrecer cafés de altísima calidad: acidez marcada, dulzor elevado, mucha limpieza y complejidad. En catas ciegas no siempre es fácil distinguirlas si el origen, el proceso y el tueste son parecidos.

La gran diferencia no es tanto en el perfil de taza, sino en la combinación concreta de adaptación al entorno, rendimiento y comportamiento año tras año. Por eso, hay productores que sienten predilección por una o por otra según la zona, el tipo de suelo o la disponibilidad de agua.

SL28 frente a las variedades modernas: Ruiru 11 y Batian

El otro gran bloque de comparación llega con las variedades más recientes, desarrolladas precisamente para corregir algunos de los puntos débiles de la SL28 y la SL34.

Ruiru 11 es una variedad compacta, pensada para plantarse a mayor densidad, con alta resistencia a roya y Coffee Berry Disease y un rendimiento potencial muy elevado. Es decir: menos riesgo de perder la cosecha por enfermedad y más kilos por hectárea. Su perfil de taza puede ser bueno, incluso muy bueno en ciertos contextos, pero su objetivo principal no fue “ser espectacular”, sino garantizar producción y estabilidad.

Batian es otra respuesta moderna, esta vez en forma de árbol de porte alto, también con buena resistencia a enfermedades clave. Busca un equilibrio entre rendimiento, resistencia y una calidad de taza más cercana a las variedades tradicionales. Muchos lo ven como un punto intermedio entre las SL de siempre y las líneas más productivas y resistentes.

Si lo miramos desde el lado del productor, el contraste es claro:

  • Con SL28 (y SL34), el café puede alcanzar cup scores altos y precios muy atractivos, pero a costa de más riesgo y más trabajo en control de enfermedades.
  • Con Ruiru 11 o Batian, el riesgo se reduce y la finca gana en estabilidad, aunque no siempre se llega a la misma cima de calidad sensorial.

Por eso, en muchos casos, la decisión no es “todo o nada”. Hay productores que mantienen una parte de sus parcelas con SL28 para lotes especiales, y combinan el resto de su superficie con variedades modernas que les dan colchón económico y seguridad.

¿Por qué sigue viva la SL28?

Con tanta presión por la productividad y la resistencia, podría parecer lógico que la SL28 fuera desapareciendo poco a poco de las fincas. Sin embargo, sigue muy presente.

La respuesta está en la taza y en el mercado. Hay compradores, tostadores y cafeterías que buscan específicamente SL28 y están dispuestos a pagar una prima por lotes bien trabajados. Eso introduce un incentivo que compensa, al menos parcialmente, los costes extra de manejo y los riesgos en finca.

Además, la SL28 sigue siendo base genética y referencia para nuevas líneas y programas de mejora. Incluso cuando no se planta de forma masiva, su influencia se mantiene en segundo plano.

En pocas palabras: la SL28 sigue en pie porque, cuando sale bien, ofrece algo que ni los productores ni los tostadores están dispuestos a perder.

Cómo elegir y preparar un café SL28 en casa

Haciendo café en cafetera expresso

Hasta aquí, finca, agronomía, historia y comparaciones. Falta la parte práctica: si ves un café SL28 en la estantería, ¿cómo saber si merece la pena? ¿Y qué hacer con él cuando llegas a casa?

Qué mirar en la etiqueta

Lo primero es asegurarse de que no estás comprando solo un nombre atractivo. Una buena bolsa de café que destaque la SL28 debería darte también contexto. Como mínimo:

  • Origen y región: por ejemplo, Kenia (Nyeri, Kirinyaga…) o el país concreto si viene de América Latina.
  • Variedad: SL28 sola, o mezcla con SL34 u otras.
  • Altitud aproximada: te da pistas sobre la intensidad de la acidez y la complejidad.
  • Proceso: lavado, honey, natural, fermentaciones específicas, etc.
  • Fecha de tueste: clave para saber si lo vas a tomar en su mejor momento.

Un punto importante: términos como “Kenya AA” no indican variedad, sino tamaño de grano. Un café Kenya AA puede contener SL28, SL34 u otras variedades, mezcladas. Si realmente buscas un SL28, fíjate en que lo especifique claramente la etiqueta o la ficha del tostador.

También conviene observar cómo habla el tostador del café. Si solo hay un nombre rimbombante y poco detalle, mala señal. Cuando un lote de SL28 es realmente bueno, lo normal es que el tostador tenga mucho que contar: finca, productor, notas de cata concretas, puntuación, historia del lote.

Mejores métodos para sacarle partido

Chemex V60

Por su perfil de acidez y complejidad aromática, la SL28 suele brillar en métodos de filtro. V60, Kalita, Chemex, Origami… cualquiera de estos dispositivos puede funcionar muy bien si se cuida la receta.

Como punto de partida razonable:

  • Proporciones alrededor de 1:15 – 1:16 (por ejemplo, 15 g de café por 230–240 g de agua).
  • Molienda media, ajustando según el tiempo de extracción.
  • Agua en torno a 92–94 ºC, dependiendo de cuánto quieras resaltar la acidez.

A partir de ahí, se trata de afinar. Si la taza queda muy agresiva, puedes ajustar la molienda (algo más gruesa), bajar un poco la temperatura del agua o aumentar ligeramente la proporción de agua. Si, al contrario, está apagada, puedes ir afinando hacia lo contrario.

¿Tiene sentido usar SL28 para espresso?

Sí, pero sabiendo a lo que vas.

Un SL28 tostado claro para filtro puede dar espressos muy intensos y brillantes, con una acidez protagonista. Pueden ser espectaculares en manos habituadas a este tipo de perfil, pero resultan chocantes para quien espera un espresso clásico, más amargo, denso y poco ácido.

Si quieres explorarla en espresso:

  • Busca un tueste algo más versátil o específico para espresso.
  • Ajusta la receta hacia rendimientos algo mayores (ratios 1:2,2 – 1:2,5) para ganar claridad y suavizar intensidad.
  • No temas jugar con temperaturas ligeramente más bajas en la máquina para contener un poco la acidez.

Bien trabajado, un SL28 en espresso puede ser una experiencia muy distinta a lo habitual: mucha fruta, dulzor marcado y una acidez que pone toda la estructura del trago.