Variedades de granos de cafés

GRANOS DE CAFÉ CATURRA


El café Caturra destaca por su porte compacto y alta productividad, ofreciendo una taza balanceada y dulce, aunque requiere cuidados intensivos debido a su susceptibilidad a enfermedades.

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Ficha variedad: Caturra

Planta compacta con buen potencial de rendimiento y calidad estándar en Centroamérica. Ha sido una de las variedades de referencia en la región, aunque presenta una muy alta susceptibilidad a la roya del cafeto.

Porte bajo/compacto Buen rendimiento Muy susceptible a la roya

Porte de la planta

Porte bajo y compacto, una de las primeras variedades enanas ampliamente adoptadas. Se presta a altas densidades de siembra y facilita las labores de manejo y cosecha.

Brotes y follaje

Brotes jóvenes de color verde. Las plantas muestran ramas cortas y entrenudos reducidos, con copa densa típica de las selecciones derivadas de Borbón.

Tamaño de los granos

Granos de tamaño promedio, adecuados para perfiles de café lavado estándar usados como referencia en la región.

Potencial de rendimiento
Medio

En condiciones adecuadas puede ofrecer buenos rendimientos, pero suele quedar por debajo de materiales más modernos de alto desempeño, lo que ha motivado su sustitución en muchas fincas.

Calidad potencial en altura
Buena

Durante décadas se ha usado como “variedad estándar” para comparar la calidad de otros cultivares en Centroamérica, con tazas equilibradas y de buen nivel en altura.

Resistencia a la roya
Muy baja / susceptible

En países como Colombia, las epidemias de roya llevaron a reemplazar grandes superficies de Caturra por materiales resistentes como Castillo.

Altitud recomendada

Caturra es una variedad de altitud alta. Se ha utilizado como referencia de calidad en muchas regiones de Centro y Suramérica cuando se cultiva en zonas frescas de montaña.

5°N – 5°S >1200 m
5–15°N / 5–15°S >1000 m
>15°N / >15°S >800 m

Sanidad

  • Roya del cafeto : muy susceptible; requiere programas intensivos de manejo y, en muchas regiones, ha sido reemplazada por variedades resistentes.
  • Nematodos : susceptible.
  • Antracnosis de la cereza (CBD) : susceptible.

Agronomía

  • Primera cosecha : a partir del año 3.
  • Maduración de la fruta: promedio.
  • Requerimientos nutricionales: altos; responde bien a una fertilización intensiva y a sistemas de manejo tecnificado.
  • Rendimiento de cereza a pergamino: promedio.
  • Densidad de siembra: 5000–6000 árboles/ha con manejo de un solo tallo vertical, una de las claves que permitió la intensificación del cultivo en la región.
  • Notas agronómicas adicionales: la combinación de porte enano y ramas cortas facilitó la transición a sistemas de alta densidad y, en muchos casos, a pleno sol durante la segunda mitad del siglo XX en Centroamérica.

Background

Grupo genético
Grupo Borbón–Típica (relacionada con Borbón).
Cruce / origen
Mutación natural de la variedad Borbón.
Obtentor
Instituto Agronômico (IAC), Brasil.

Caturra es una mutación natural de la variedad Borbón, descubierta en una plantación del estado de Minas Gerais, Brasil, entre 1915 y 1918. Presenta una mutación de un solo gen que provoca enanismo, reduciendo el tamaño de la planta y permitiendo mayores densidades de siembra. Su nombre procede de una palabra guaraní que significa “pequeño” y también se la conoce como “Nanico”. A partir de 1937, el Instituto Agronômico de Campinas (IAC) realizó una selección en masa, escogiendo los individuos más productivos para ir conformando la variedad comercial, aunque nunca fue presentada oficialmente en Brasil. Caturra se introdujo en Guatemala en la década de 1940 y, desde allí, se extendió a Costa Rica, Honduras, Panamá y otros países de América Latina. Durante décadas fue uno de los cafés más importantes económica y técnicamente, hasta el punto de usarse como “variedad de referencia” para evaluar nuevos cultivares. En Colombia llegó a representar cerca de la mitad de la producción nacional antes de los programas de renovación hacia Castillo. Además, Caturra es uno de los progenitores de la familia de cultivares Catimor, resultado del cruce de líneas de Híbrido de Timor resistentes a roya con Caturra enano.

Caturra es, literalmente, el “Borbón en versión compacta” que cambió medio mapa cafetero de Latinoamérica. Sin esta variedad, la caficultura moderna de Colombia, Centroamérica y buena parte de Brasil sería otra historia.

Qué es la variedad Caturra y cómo nació

La caturra es una mutación natural de la variedad Borbón. No es un cruce diseñado en laboratorio, sino un “accidente feliz” que apareció en una plantación del estado de Minas Gerais, Brasil, en algún momento entre 1915 y 1918.

Lo que la hacía distinta era una mutación de un solo gen que provoca enanismo: el árbol se queda más bajo y compacto, con internudos cortos y muchas ramas secundarias. Más ramas en menos espacio significa, bien manejado, más frutos por hectárea. Por eso recibió el nombre de Caturra, derivado de una palabra guaraní que significa “pequeño”; en Brasil también se la llegó a llamar “Nanico”.

A partir de los años 30, el Instituto Agronómico de Campinas (IAC) empezó a seleccionarla de forma sistemática (selección masal) para fijar ese porte bajo y la buena productividad. Curiosamente, nunca se lanzó como “variedad oficial” en Brasil, pero el material se difundió igual y terminó viajando muy rápido fuera del país.

En Guatemala llega en los años 40, aunque la adopción masiva tarda unas décadas; desde allí salta a Costa Rica, Honduras y Panamá, y durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX se convierte en una de las variedades económicas clave de Centroamérica.

En Colombia se introduce en 1952 y acaba ocupando, según estimaciones de la propia Federación, cerca de la mitad del parque cafetero antes del gran programa de renovación con Castillo a partir de 2008. Durante años, cuando se probaba un nuevo cultivar, la comparación de referencia era casi siempre la misma: “¿produce más o menos que Caturra?, ¿la taza es mejor o peor que Caturra?”.

Su influencia no se queda ahí.

La variedad caturra es uno de los progenitores de toda la familia Catimor (Híbrido de Timor x Caturra), de la que salen variedades como Costa Rica 95, Lempira o IHCAFE 90, diseñadas para aportar resistencia a roya manteniendo el porte bajo de Caturra.

Características agronómicas del Caturra: planta enana, finca intensa

Caturra es la versión “compacta” del Borbón, pero en finca se comporta como una planta hecha para trabajar a destajo. Justo por eso se volvió tan popular.

Perfil Agronómico: Caturra

La Revolución «Enana» de la Finca

📏
Compacta = Intensiva Su porte bajo permite sembrar entre 5,000 y 6,000 árboles/ha. Más nudos productivos en menos espacio.

La «niña bonita» de las zonas altas. Exige mucha comida (fertilizante) para soportar su alta carga productiva y densidad.

Altitud Clave: Por encima de los 1,400 msnm es donde realmente brilla su acidez y dulzor.

Porte y arquitectura: el enanismo que cambia la finca

La clave de Caturra es su porte bajo y compacto. La mutación de enanismo hace que el árbol:

  • crezca menos en altura,
  • tenga entrenudos cortos,
  • y desarrolle muchas ramas secundarias muy juntas.

Resultado: más nudos productivos en menos espacio. Eso permite:

  • plantar más árboles por hectárea,
  • entrar mejor a podar y cosechar en laderas,
  • y manejar el cultivo sin escaleras ni acrobacias.

Los brotes nuevos son de color verde, las hojas de tamaño medio, y el grano también es mediano, lo que facilita el procesado y la clasificación. No es una planta espectacular a la vista, pero es muy funcional: baja, accesible y pensada para densidades altas.

Altitud y clima: donde Caturra se luce (y donde no)

Aunque se plantó en todas partes, Caturra se expresa de verdad en altura. En zonas altas de Centroamérica y los Andes (por encima de ~1.400–1.500 m) la planta:

  • produce una taza limpia, dulce,
  • con acidez brillante,
  • y buena complejidad aromática.

Por debajo de esas altitudes, sigue produciendo bien, pero la calidad cae: menos acidez, más pesadez, tazas más planas. Por eso terminó siendo la niña bonita de muchas zonas de montaña, y no tanto de los pisos más bajos.

Es una variedad que se adaptó muy bien al modelo de:

  • mayor densidad de siembra,
  • a menudo a pleno sol,
  • con fuerte empuje de fertilización.

Ese modelo intensivo de los años 60–90 en América Latina tiene mucho que ver con Caturra.

Rendimiento, densidad de siembra y lo que pide a cambio

En números, la caturra tiene un potencial de rendimiento medio–alto para ser una variedad “tradicional”. No llega al nivel de muchos Catimor modernos, pero durante décadas superó sin problemas a Typica y Borbón en sacos por hectárea.

Algunas claves prácticas:

  • Primera cosecha comercial: alrededor del año 3.
  • Maduración del fruto: de época media, ni muy temprana ni muy tardía.
  • Rendimiento cereza → pergamino: promedio, sin ser especialmente “mal pagado” en beneficio.
  • Densidad típica de siembra: entre 5.000 y 6.000 plantas/ha con poda a un solo tallo vertical.

Todo esto tiene un precio:
Caturra no es una variedad rústica. Sus requerimientos nutricionales son altos. Si se planta muy denso y con poco abono, se viene abajo:

  • baja vigor,
  • aparecen más problemas de sanidad,
  • y el potencial de producción se queda en papel.

Bien nutrido, bien podado y en buena altitud, Caturra sigue siendo una máquina muy seria: mucha planta por hectárea, producción sólida y una base de calidad que muchos cultivares nuevos todavía usan como referencia.

Enfermedades y declive: por qué Caturra perdió terreno

Caturra lo tenía casi todo para dominar el juego… menos defensas. Y eso, con la roya al acecho, es una condena a medio plazo.

Susceptibilidad a enfermedades

Alta Susceptibilidad a la Roya

🇨🇴 El Caso Colombia (Era Castillo) Dominaba el 50% del parque hasta que la roya forzó una renovación masiva hacia la variedad Castillo (resistente) a partir de 2008.

La combinación de alta densidad + pleno sol + cero resistencia crea el escenario perfecto para la roya. También sufre en suelos con nematodos.

¿Dónde sobrevive? Hoy se restringe a zonas de gran altura (>1500m) o fincas de especialidad con alto presupuesto fitosanitario.

El gran problema: la roya

Agronómicamente, Caturra es casi el ejemplo de lo que no quieres en un escenario de roya fuerte:

  • planta compacta y densa,
  • siembras muy apretadas,
  • a menudo a pleno sol,
  • y una genética sin ningún aporte de canephora (robusta) que le dé un mínimo de resistencia.

Resultado: muy alta susceptibilidad a la roya del cafeto. Cuando la enfermedad aprieta en un país, Caturra suele ser de las primeras variedades en caer.

Durante años se contuvo a base de fungicidas, poda y fertilización fuerte. Pero a partir de las grandes crisis de roya de los 2000–2010, ese modelo se volvió insostenible para muchísimos productores: demasiado coste, demasiado riesgo, demasiada superficie plantada con un material tan vulnerable.

Nematodos, CBD y compañía

La roya no viene sola. Los manuales técnicos y el propio catálogo de World Coffee Research describen a Caturra también como susceptible a nematodos del nudo de la raíz y a antracnosis de la cereza (CBD).

En suelos cansados, ligeros o con historial de nematodos, es habitual ver:

  • raíces dañadas,
  • árboles que pierden vigor,
  • y una caída de producción que se acelera si encima la roya está activa.

Si sumas alta densidad, mucho sol, poco suelo y enfermedades, el resultado es claro: el potencial de rendimiento que Caturra tiene sobre el papel solo se sostiene mientras el manejo sea muy bueno… y el contexto sanitario esté relativamente bajo control.

El caso Colombia: del 50 % a la era Castillo

En Colombia, Caturra llegó a representar cerca de la mitad del parque cafetero. Era la variedad estrella: rendía bien, daba buena taza y encajaba perfecto en la caficultura de ladera intensiva.

Cuando la roya empezó a pegar fuerte, la Federación no se anduvo con medias tintas: lanzó un programa de renovación masiva con Castillo, una variedad desarrollada precisamente cruzando Caturra con materiales resistentes (vía Híbrido de Timor).

El resultado: a partir de 2008 se renovaron más de 3.000 millones de árboles en el país, y gran parte de esos Caturra se sustituyeron por Castillo y otras líneas con resistencia a roya. Caturra no desapareció, pero dejó de ser “la” variedad dominante y pasó a ocupar parcelas concretas, sobre todo en zonas altas y proyectos centrados en calidad.

Centroamérica y Andes: el mismo guion con otros nombres

En buena parte de Centroamérica el guion ha sido parecido:

  • Caturra y Borbón dominan durante décadas.
  • Llega la roya fuerte.
  • Muchos productores no pueden asumir el coste de mantener variedades tan vulnerables.
  • Se introducen Catimor y Sarchimor (Costa Rica 95, Lempira, IHCAFE 90, Parainema, etc.) y, más recientemente, híbridos F1 resistentes.

En países como Honduras, Nicaragua o El Salvador, Caturra ha ido cediendo espacio a estos materiales más rústicos, aunque se mantiene en zonas concretas de altura donde el clima ayuda a contener enfermedades y la calidad de taza compensa el riesgo.

En Perú pasa algo parecido: aún quedan muchas parcelas de Caturra en altura, pero la presión de roya ha empujado a muchos productores a mezclarla con Catimores o a buscar materiales más resistentes.

¿Tiene todavía sentido plantar Caturra?

A pesar de todo esto, Caturra no es una reliquia. Sigue teniendo sentido en contextos muy específicos:

  • altitud alta, donde la roya avanza más despacio y la calidad de taza se dispara;
  • fincas con buen manejo técnico (nutrición, poda, sombra, control sanitario);
  • proyectos orientados a especialidad, donde un buen Caturra de altura se paga más que un Catimor resistente pero mediocre en taza.

En esos casos, algunos productores aceptan el riesgo sanitario a cambio de:

  • una planta que conocen de memoria,
  • una taza muy competitiva,
  • y un material que sigue siendo referencia de calidad en muchas mesas de cata.

El problema no es que Caturra haya dejado de ser buena; es que el contexto de enfermedades cambió y la mayoría de fincas no pueden permitirse vivir en guerra abierta con la roya.

Perfil de sabor del Caturra y el caso Caturra Chiroso

Aunque somos conscientes de que hay muchos factores en juego, de forma global esto es lo que nos ha mostrado la cata de la variedad Caturra.

A grandes rasgos, un buen Caturra de altura suele ser: dulce, limpio, cítrico y equilibrado. Taza muy “clásica de especialidad”, sin excentricidades. No hay que olvidar que se ha usado durante años como “variedad patrón” para comparar todo lo demás.

Perfil Sensorial: Caturra Clásico

«El Estándar de Oro del Equilibrio»

Un perfil fiable y dulce. Destaca por su acidez cítrica amable (mandarina/lima), cuerpo medio y notas clásicas de caramelo. Es la referencia de calidad en blends y microlotes.

🍋 Cítricos Suaves 🍬 Caramelo/Miel ⚖️ Muy Balanceado
EL MISTERIO «CHIROSO»

¿Mutación o Genética Etíope?

El famoso «Caturra Chiroso» de Urrao (Antioquia) sorprendió al mundo con notas florales tipo Geisha.

  • El Mito: Se creía que era una mutación de Caturra (por su grano alargado).
  • La Realidad Genética: Estudios recientes lo vinculan a Landraces de Etiopía, no al grupo Borbón/Typica. ¡Es un infiltrado exótico!

Cuando viene de zonas altas de Colombia, Centroamérica o los Andes y se procesa lavado, lo normal es encontrar:

  • una acidez brillante pero amable, más naranja, mandarina o lima suave que limón afilado;
  • cuerpo medio, ni acuoso ni pesado;
  • un dulzor claro, con notas que van de caramelo y miel ligera a chocolate con leche y azúcar moreno;
  • toques cítricos y florales cuando la altitud acompaña y el proceso está bien hecho.

En procesos naturales y honey, Caturra enseña una cara más golosa: más fruta roja, algo de tropical, más cuerpo… pero también más riesgo de perder limpieza si el secado no se cuida.

Por eso ha funcionado tan bien en casi todo: filtro, espresso, blends, microlotes. No es una variedad de perfil raro; es la típica base súper fiable que muchos tostadores buscan cuando quieren un café que guste tanto al friki de la taza como al que “solo quiere un café muy bueno”.

¿Y qué pasa con el famoso Caturra Chiroso?

Durante años se habló de Caturra Chiroso como “una mutación de Caturra” que había aparecido en Urrao, Antioquia. El nombre venía de la forma alargada del grano y la cereza, “chiroso”, como una camisa estirada o una achira.

En taza era otra historia: perfiles ultra florales, fruta amarilla y roja a lo bestia, acidez jugosa… tanto, que mucha gente empezó a compararlo más con un Geisha que con un Caturra clásico.

Y entonces llegaron los estudios genéticos.

Investigaciones recientes sobre el grupo “Chiroso” en Urrao (donde se han identificado al menos tres materiales: Chiroso, Bourbon Chiroso y Caturra Chiroso) apuntan a algo importante: no encajan bien dentro del grupo Borbón–Typica. En varios análisis, Chiroso aparece genéticamente cercano a landraces etíopes, no a Caturra, lo que significa que ese “apellido” Caturra tiene más que ver con la morfología (plantas más bajas, grano alargado) que con su verdadera genealogía.

En otras palabras:

  • comercialmente se le ha llamado Caturra Chiroso,
  • pero la evidencia actual sugiere que no es un Caturra “mutado”, sino un material de origen etíope que terminó en esa zona de Colombia y allí se adaptó y diversificó.

Esto cuadra bastante bien con lo que se siente en la taza: mientras Caturra clásico es más cítrico-dulce y equilibrado, el grupo Chiroso suele irse a perfiles más extremos: flores blancas, jazmín, bergamota, fruta tropical marcada… muy en la línea de otros materiales de origen etíope.

¿Significa esto que hay que dejar de llamarlo Caturra Chiroso?

A nivel científico, está claro que el nombre induce a error. A nivel de finca y comercio, el término se sigue usando porque el mercado ya lo reconoce. La clave, si quieres ser riguroso, es entender que:

  • Caturra (a secas) = mutación enana de Borbón, bien conocida, muy plantada, con un perfil clásico dulce–cítrico.
  • “Caturra Chiroso” = un miembro del grupo Chiroso de Urrao, genéticamente mucho más cerca de variedades etíopes que de Caturra, con taza más parecida a un Geisha o a un buen heirloom etíope que a un Borbón compacto.

Qué esperar cuando ves “Caturra” en la etiqueta

Si en la bolsa pone Caturra y viene de buena altitud, lo razonable es imaginar un café:

  • dulce,
  • con acidez cítrica limpia,
  • cuerpo medio,
  • y un perfil que se mueve entre el cítrico, lo floral suave y el chocolate ligero según el origen y el proceso.

Si pone Caturra Chiroso / Chiroso y viene de Urrao o zonas cercanas, estás ya en otra película: ahí lo normal es encontrarte algo mucho más explosivo en flor y fruta, más cerca de un “etíope disfrazado de colombiano” que de un Caturra al uso.

En ambos casos hay un hilo común: el peso de Caturra en la historia del café de especialidad es enorme. Una parte importante de los cafés que hoy damos por “normales” en taza están, directa o indirectamente, construidos sobre esta mutación pequeña que, hace un siglo, convirtió a Borbón en algo muchísimo más manejable… y abrió la puerta a casi todo lo que vino después.