Mercado del café en Perú [Análisis 2025]
¡El café peruano está que quema en 2025!
Este año, Perú ha sacado músculo con nada menos que 4.2 millones de sacos de 60 kg, lo que se traduce en un 8% más que el año pasado.
¿Casualidad? Para nada.
Aquí hay estrategia, trabajo de campo y decisiones bien pensadas. Buenos precios, fertilizantes bien aplicados y replantaciones hechas con cabeza son los verdaderos protagonistas del show.
Pero lo que de verdad está dando que hablar es el compromiso con la sostenibilidad: más de 90,000 hectáreas certificadas como cultivo orgánico.
Sí, has leído bien. No es postureo verde, es una apuesta seria por el futuro.
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Producción en alza y exportaciones con ritmo
¿2025? Más bien el año del renacimiento cafetalero.
El sector está en plena forma, y eso se nota en los números. Los precios internacionales están del lado de Perú, los fertilizantes han hecho bien su parte y las condiciones han acompañado.
La producción alcanzó los 4,2 millones de sacos de 60 kg, lo que supone un incremento del 8 % respecto al año anterior. Y ojo, que eso no se quedó en casa: todo se exportó, generando alrededor de USD 1.100 millones.
Producción de café en Perú: crecimiento del 8 % en 2025
Se esperan más de 5,3 millones de quintales cruzando fronteras. Los destinos principales siguen siendo EE. UU. (27 %), Alemania (19 %) y Bélgica (11 %). El mercado está tan animado que se proyecta un crecimiento anual (CAGR) del 5,3 % al 6,2 % hasta 2025, lo que equivale a entre USD 81 y 97 millones más en juego.
Principales destinos del café peruano exportado en 2025
Eso sí, no todo es un lecho de rosas. La roya, la broca, carreteras que piden a gritos una renovación y regulaciones más estrictas en otros países hacen que el viaje no sea del todo tranquilo. Y si a eso le sumamos el clima cambiante y la presión que recae sobre los pequeños agricultores… hay que estar con el radar bien encendido.
El trono del café orgánico y sostenible sigue en casa
Perú se planta como líder mundial en café orgánico, con 90.000 hectáreas certificadas, y no hay quien le haga sombra. No es una moda, es una forma de vida. Cada vez más productores se están sumando a la onda verde con prácticas regenerativas que protegen la biodiversidad. Y eso se nota en cada taza.
Desde la Junta Nacional del Café, ya hay un plan para renovar 50.000 hectáreas de aquí a 2030 con sistemas agroforestales que cuidan tanto la tierra como la calidad del café.
¿El resultado? Un producto más sabroso y un planeta más agradecido. Todos ganan.
Iniciativas como la de Chacra D’Dago (Junín) con certificaciones B Corp y Demeter, o la PMACC en Cajamarca (2.700 productores), están marcando el camino: agricultura biodinámica, reciclaje de pulpa como fertilizante, tratamiento de aguas y restauración de suelos.
Regiones clave y el impulso del gobierno
Las estrellas del café peruano siguen siendo Cajamarca, San Martín y Junín. Zonas donde el café nace con alma, aunque el clima les juegue alguna que otra mala pasada. Por suerte, el gobierno no se ha quedado de brazos cruzados. Hay más asistencia técnica, mejoras en riego y programas para reforzar la infraestructura. Todo suma para que la cadena cafetera funcione como debe.
Un estudio del World Agroforestry Centre lo deja claro: los agricultores de zonas bajas son los más golpeados por el clima, pero la cadena de valor completa puede hacer que no enfrenten solos la batalla. Cooperativas, técnicos, exportadores… Todos tienen un papel.
Nuevas formas de tomar café y de venderlo
¡El café se reinventa también en casa! En 2025, el consumo interno ha subido como la espuma: 165 cafés por persona al año, un 26 % más que en 2020. El café ya no es solo una bebida, es un momento, una pausa, un ritual.
Y en esa evolución, el café listo para beber está arrasando, sobre todo entre los más jóvenes. Práctico, moderno y saludable. ¿Qué más se puede pedir?
El comercio electrónico también está abriendo nuevas puertas. Ya no dependes solo de las tiendas físicas: ahora puedes pedir un café de altura sin moverte del sofá. Además, la gente está más interesada que nunca en saber qué hay detrás de su café: quién lo cultiva, cómo se produce, qué impacto tiene. Y eso obliga a hacer las cosas bien desde el origen.
Desafíos a la vista: no todo es aroma y color
El cambio climático sigue siendo un rival difícil. Temperaturas al alza, lluvias impredecibles y escasez de agua están desplazando los cultivos hacia altitudes mayores. La roya y la broca tampoco dan tregua.
Y si hablamos del proceso húmedo, sigue siendo el punto negro ambiental: alto consumo de agua y emisiones nada simpáticas. Pero también hay luz: muchos productores están incorporando mejoras y soluciones más limpias.
Voces desde el campo: la adaptación es real
En Canchaque (Piura), los caficultores no esperan que el clima mejore. Lo enfrentan. Paul Santos, joven líder comunitario, cuenta:
“Ves los cambios, pero no sabíamos qué hacer. Ahora plantamos árboles de sombra, arreglamos pozos y usamos trampas biológicas para plagas”.
Y Alexandre Reyes suma:
“Tuvimos broca en los cafetales porque hacía demasiado calor. Con trampas de plástico reciclado con café embozado, ya no vemos tanta plaga”.
¿Y qué viene ahora?
Las perspectivas para el sector son de lo más optimistas. Si todo sigue como va, se espera superar las 240.000 toneladas este mismo año. Y con el plan de renovar hectáreas y seguir apostando por la sostenibilidad, Perú tiene con qué seguir brillando.
Pero tampoco hay que dormirse. Hay que cuidar a los pequeños productores, que son el corazón del café peruano. Si no tienen acceso al crédito o los recursos necesarios, el sistema se tambalea. Empoderarlos no es solo justo, es estratégico.
Café con futuro, no solo con aroma
Perú está demostrando que no basta con sacar café: hay que hacerlo bien, hacerlo sostenible y hacerlo juntos. Las cifras impresionan, pero lo que realmente importa son las historias, las decisiones y la capacidad de adaptarse.
4,2 millones de sacos, USD 1.100 millones, 90.000 hectáreas orgánicas… Todo eso está muy bien.
Café peruano 2025: impacto, sostenibilidad y futuro
Pero el verdadero valor está en las comunidades que plantan sombra, renuevan cafetales, diversifican y hacen que este café peruano no solo sepa bien, sino que tenga un futuro real. El desafío es que esa transformación llegue a cada rincón.
Porque en 2025, Perú no solo exporta café: exporta resiliencia.