Porte de la planta
Porte bajo y compacto, adecuado para altas densidades de siembra.
La variedad de café Obata, desarrollada en Brasil, destaca por su resistencia a la roya, alta productividad y sabor equilibrado con notas de cítricos y chocolate.

Variedad arábica del grupo Sarchimor, de porte bajo y alta productividad, desarrollada por el IAC en Brasil y difundida comercialmente en Costa Rica desde 2014.
Porte bajo y compacto, adecuado para altas densidades de siembra.
Brotes jóvenes de color verde y hojas anchas de copa cónica.
Granos grandes, con alto porcentaje de granos planos y calibres en torno a pantalla 17.
El tamaño de los granos describe el calibre medio de las semillas de café de la variedad. Se expresa de forma relativa: pequeño, medio, grande o muy grande, tomando como referencia otras variedades arábicas.
Escala orientativa: por ejemplo, variedades de tamaño medio frente a materiales con granos muy grandes tipo Maragogipe.
El potencial de rendimiento indica la capacidad de la variedad para producir muchos kilos de café cuando recibe un manejo adecuado (nutrición, sombra, control de plagas) y se compara con otras variedades en las mismas condiciones.
Escala orientativa: Bajo · Medio · Alto · Muy alto · Desconocido.
En ensayos comparativos ha superado a Caturra en alrededor de un 20 %, especialmente en las primeras cosechas.
Este indicador resume hasta dónde puede llegar la calidad en taza de la variedad cuando se cultiva dentro de su rango ideal de altitudes. Considera equilibrio, dulzor, acidez y complejidad aromática.
Escala orientativa: Muy baja · Baja · Buena · Muy buena · Excepcional · Desconocido.
Taza equilibrada, dulce, con acidez cítrica limpia y notas a chocolate con leche y caramelo.
La roya del café es una enfermedad foliar causada por el hongo Hemileia vastatrix. Produce manchas amarillas y pústulas anaranjadas en las hojas, que luego se secan y caen. Una infección severa puede defoliar los cafetos y reducir fuertemente la cosecha durante varios años.
Niveles habituales: baja resistencia/susceptible · resistencia intermedia · alta resistencia.
Diseñada para tolerar roya; en Brasil se clasifica como altamente resistente y en ensayos internacionales como resistencia intermedia.
La altitud óptima es el rango de altura donde la variedad encuentra el mejor equilibrio entre productividad, calidad de taza y sanidad (especialmente frente a roya y otras enfermedades).
Como la temperatura desciende con la altura, lo que se considera zona baja, media o alta cambia según la latitud: cerca del ecuador se necesitan altitudes mayores para lograr el mismo clima fresco que en regiones más alejadas.
Obata se adapta bien a zonas bajas y medias, manteniendo buen rendimiento y calidad en el siguiente rango de altitudes según la latitud:
La roya reduce la superficie foliar activa de la planta y, con ello, la capacidad de producir azúcares para el desarrollo de frutos y brotes nuevos. Por eso un ataque fuerte puede afectar la producción de varias cosechas.
Es clave combinar variedades tolerantes con manejo preventivo (sombra adecuada, nutrición y monitoreo).
Los nematodos parásitos del café (por ejemplo, Meloidogyne y Pratylenchus) atacan las raíces, causando nudos, lesiones y pérdida de raíces finas. Las plantas afectadas se ven amarillentas, con poco vigor y menor producción.
Escala típica: Resistente · Tolerante · Susceptible · Desconocido.
La antracnosis de la cereza, o coffee berry disease (CBD), es una enfermedad causada por el hongo Colletotrichum kahawae. Afecta principalmente a frutos verdes en desarrollo, donde produce manchas oscuras hundidas que pueden llegar a secar y “momificar” las cerezas.
Actualmente la CBD se concentra sobre todo en África de altura, pero existe preocupación por su posible expansión a otras regiones.
Este dato indica en qué año después de la siembra se espera la primera cosecha comercial razonable. Aunque una variedad pueda dar algo de fruta antes, la plena producción suele alcanzarse unos años más tarde.
Obata surge de un programa de mejoramiento que buscaba combinar la resistencia a enfermedades del Híbrido de Timor con la buena calidad en taza y el porte compacto de Villa Sarchí. Tras varias generaciones de selección pedigree, el cultivar fue liberado en Brasil a inicios de los 2000 y, algunos años más tarde, introducido en Costa Rica y otros países de Mesoamérica como una alternativa de alto rendimiento frente a Caturra y Catuaí.

La variedad de café Obata es una de las más recientes y destacadas en el mundo del café, pero vamos a verla en detalle.
Obata no es una variedad “tradicional” como Típica o Borbón, sino una creación bastante reciente y muy pensada. Es un cultivar de Coffea arabica del grupo Sarchimor, es decir, un arábica al que se le han incorporado genes de robusta a través del Híbrido de Timor para ganar resistencia a enfermedades, sobre todo a la roya.
El cruce original se hace en el Centro de Investigación de las Ferrugens del Cafeto (CIFC), en Portugal: Villa Sarchí x Híbrido de Timor CIFC 832/2. De ahí sale un híbrido F1 llamado H 361/4. A partir de ese material, el Instituto Agronômico de Campinas (IAC), en Brasil, selecciona y estabiliza un nuevo cultivar, que registra como Obatã IAC 1669-20 a finales de los noventa y libera de forma comercial alrededor del año 2000.
¿La idea? Muy clara: una planta de porte bajo, fácil de manejar y de plantar en alta densidad, altamente resistente a la roya y con una productividad alta, pero que no obligue al productor a renunciar por completo a la calidad en taza. En Brasil se posiciona como alternativa a Catuaí y otros materiales cuando la roya empieza a complicar la película.
A partir de ahí, Obata salta de Brasil a Centroamérica. En Costa Rica, el ICAFE la introduce de forma oficial en 2014, en plena crisis de roya, como una de las opciones recomendadas para renovar cafetales afectados: misma lógica, menos riesgo sanitario, buen rendimiento y una taza que, en altura y bien trabajada, puede entrar sin problemas en el segmento de café de especialidad.

Agronómicamente, Obata es una variedad compacta, muy productiva y resistente a la roya, diseñada para altitudes bajas y medias.
Es la típica elección de productores que no se pueden permitir perder la cosecha cada dos años, pero tampoco quieren renunciar a un café que pueda entrar en la conversación de especialidad.
Tiene porte bajo, similar a un Catuaí: normalmente se mueve entre los 2 y 3 metros de altura bien manejada. La copa es cónica, con mucho follaje, internudos medios y bastante ramificación secundaria, lo que ayuda a cargar bien de fruto sin que el árbol se desmadre en altura.
Las hojas son anchas, de verde intenso, con brotes jóvenes también verdes (no bronce). Los frutos maduros son rojos, grandes y algo alargados, y más del 85 % de los granos que salen del beneficio son “planos” y de buen tamaño (tamiz medio en torno a 17). Es decir, da un porcentaje alto de grano comercial aprovechable.
La Obata está pensada para altitudes bajas y medias, justo donde muchas variedades clásicas empiezan a sufrir. Trabaja muy bien entre 800 y 1.400 metros en latitudes tipo Brasil o Centroamérica, y puede estirarse algo más arriba (hasta 1.600 m) en zonas cercanas al ecuador.
Le sientan bien:
No es la variedad para la parte más alta y fría de la cordillera, sino para esas franjas medias donde el calor y la roya ponen contra las cuerdas a Borbón, Caturra y compañía.
En ensayos a varios años, se mueve en torno a los 37–38 sacos de 60 kg de café beneficiado por hectárea y año como media, es decir, una productividad alta para ser arábica. En muchas fincas supera a Catuaí y a las líneas tradicionales que sustituye.
Entra en producción relativamente pronto: la primera cosecha comercial llega sobre el tercer año tras la siembra, y a partir de ahí se estabiliza con rendimientos constantes si la nutrición acompaña.
Eso sí, no vive del aire: es una planta de vigor alto y pide un programa de abonado serio si quieres que mantenga kilos y calidad.
La razón por la que Obata existe es ésta: resistencia a la roya. Es uno de los puntos fuertes del cultivar, y por eso se ha recomendado para renovaciones de cafetales en Brasil, Costa Rica y otros países golpeados por el hongo.
A cambio, tiene algún punto débil: muestra susceptibilidad a nematodos del suelo, y como cualquier Sarchimor, si se descuida el manejo nutricional y sanitario, la producción y la taza se resienten. No es una “planta milagro”: aguanta mejor la roya que una Caturra, pero sigue necesitando poda, fertilización y atención.
Obata nació para aguantar la roya, pero no se quedó solo en eso. Cuando viene de buena altitud y está bien trabajado, el perfil de taza es más que digno: entra sin problema en lo que muchos considerarían un buen café de especialidad.

En general, los lotes de Obata bien cultivados suelen moverse en este rango:
No es una variedad “fuegos artificiales” tipo Geisha, pero sí ofrece un perfil muy equilibrado: limpia, dulce, fácil de beber y con suficiente complejidad como para no parecer un café genérico.
En muchos orígenes se usa precisamente por eso: permite tener cafés estables y agradables en zonas donde, con Caturra o Borbón, directamente no habría cosecha por culpa de la roya.
Obata funciona bien en casi todo, pero hay formatos donde luce especialmente:
Esta variedad nace en Brasil y, a día de hoy, sigue siendo uno de sus “caballos de batalla” en zonas donde la roya es un problema serio y se trabaja a altitudes bajas o medias.
Se ha plantado en distintas regiones cafeteras del país como alternativa a Catuaí y otros materiales tradicionales, precisamente porque ofrece más seguridad de cosecha y buen rendimiento sin tirar la taza por la borda.
Desde ahí ha ido saltando a otros orígenes. En Costa Rica la introdujo el ICAFE como variedad recomendada tras los golpes fuertes de roya, y poco a poco se ha ido ganando un hueco en fincas que necesitaban renovar pero no querían pasar a catimores de peor perfil sensorial.
También empiezan a verse plantaciones de Obata en otros países de Centroamérica y algunos proyectos en América del Sur, normalmente en contextos muy parecidos: productores que vienen de perder árboles de Caturra, Catuaí o Borbón por roya, y que buscan algo que aguante más sin renunciar del todo a la posibilidad de vender al mercado de especialidad.
No es, de momento, una variedad “masiva” a escala global, pero sí una de las candidatas claras cuando se habla de renovar cafetales afectados por roya manteniendo un mínimo de calidad de taza.

Obata tiene sentido cuando la finca se parece más a un campo de batalla contra la roya que a una postal. Es decir, en situaciones como estas:
En ese escenario, Obata ofrece un paquete bastante claro:
planta baja y manejable,
resistencia fuerte a la roya,
productividad alta
y una taza que, si se cultiva en las condiciones adecuadas, puede entrar sin problema en el rango de cafés de especialidad “bien hechos”.
No es la variedad fetiche para fincas de gran altitud que buscan perfiles muy sofisticados y pueden jugar con Geisha, SL28 o similares. Es, más bien, la opción lógica para quien no puede permitirse perder la finca, pero tampoco quiere resignarse a producir cafés planos.
Desde el lado del tostador o del consumidor, Obata tiene sentido cuando buscas un café que cumpla varias cosas a la vez:
Si ves “Obata” en la etiqueta y va acompañado de buena trazabilidad (finca, altitud, proceso) y un tueste medio, lo razonable es esperar un café estable, dulce, fácil de beber y con suficiente personalidad para no parecer un comodín anónimo.
No es la variedad que se lleva todos los titulares, pero sí una de las que están permitiendo que muchas fincas sigan vivas en zonas complicadas. Y eso, en la práctica, se nota más en la taza de lo que parece.
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