Guía para moler el café correctamente
Moler tus propios granos de café es uno de esos pequeños cambios en la vida que parecen insignificantes… hasta que lo pruebas y te das cuenta de que has estado viviendo en la ignorancia.
No es solo una cuestión de frescura, es el secreto para sacar todo el sabor y aroma que el café realmente tiene para ofrecer.
Si nunca lo has hecho, puede parecer un detalle sin importancia, como pensar que da igual usar café molido del supermercado. Pero te advierto: una vez que pruebas el café recién molido, ya no hay marcha atrás.
De repente, el café de máquina de oficina te sabrá a cartón húmedo y te preguntarás cómo pudiste conformarte con menos.
Índice de contenidos
Lo primero: el tipo de molinillo

Elegir un buen molinillo parece una decisión simple, hasta que te das cuenta de que puede marcar la diferencia entre un café bien equilibrado y uno decepcionante. Aquí te cuento las opciones y sus pros y contras, sin rodeos:
Molinillos de cuchillas: los más comunes y… los más caóticos
Estos son los más accesibles y fáciles de usar. Funcionan de manera sencilla: una cuchilla giratoria corta los granos mientras los tritura a toda velocidad. Perfecto si buscas algo económico y sin complicaciones.
¿El problema?
La molienda es un desastre. No hay control, los granos quedan de todos los tamaños y el resultado es un café con sabor inconsistente. El calor que generan las cuchillas no ayuda. Al moler demasiado rápido, pueden alterar los aceites naturales del café, lo que se traduce en menos aroma y menos sabor.
Ideal si solo quieres un café rápido y no te obsesiona la perfección. Pero si buscas calidad, este molinillo es como cortar carne con una sierra eléctrica: técnicamente funciona, pero no es lo ideal.
Molinillos de muelas: el favorito de los que no quieren tomar café “porque sí”
Aquí es donde las cosas se ponen serias. Estos son los preferidos por los baristas y los amantes del café, y por una buena razón.
En lugar de cortar los granos, los trituran de manera uniforme. Esto significa que cada partícula de café tiene el tamaño correcto para su método de preparación. Tienes más control sobre la molienda. Si quieres un espresso fino o una molienda gruesa para prensa francesa, este es tu mejor aliado.
El sabor es notablemente mejor. Sin sobrecalentar los granos, el café conserva su aroma y complejidad.
¿El inconveniente?
Son más caros. Pero si te tomas el café en serio, es una inversión que vale cada céntimo.
¿Cuál deberías elegir?
Si solo quieres moler café de vez en cuando y no te preocupa la precisión, el molinillo de cuchillas hará el trabajo, aunque con resultados impredecibles. Pero si eres de los que leen sobre café mientras toman café, el molinillo de muelas es la opción lógica. Más control, mejor sabor, menos sorpresas en la taza.
Cómo moler granos de café en casa
Moler café en casa parece complicado hasta que lo pruebas y te das cuenta de que es más fácil que convencer a alguien de que el café de máquina de oficina es horrible. Con un poco de práctica, puedes dominarlo rápidamente.
- Prepara tu molinillo: Si ya elegiste el molinillo que más te conviene (y si leíste la parte anterior, seguro ya descartaste el de cuchillas… o eso espero), es momento de ponerlo a trabajar. Pero antes, asegúrate de que esté limpio. Porque sí, los restos de café viejo pueden hacer que tu café nuevo sepa… a café viejo.
- Elige los granos de café: Si usas café de mala calidad, ni el mejor molinillo del mundo lo va a arreglar. Así que usa granos frescos y bien tostados. Busca café en grano que haya sido tostado recientemente y guárdalo en un recipiente hermético, lejos de la humedad y la luz. Sí, eso significa que dejarlo en la bolsa abierta sobre la encimera no es una opción.
- Aquí es donde se separan los que solo “toman café” de los que realmente saben lo que hacen. El grosor del molido debe coincidir con el método de preparación que vayas a usar. ¿Molienda gruesa para prensa francesa? ¿Fina para espresso? ¿Media para cafetera de goteo? Ajustarlo bien hace la diferencia entre una taza perfecta y una que te haga dudar de tus decisiones.
- Si tienes un molinillo de muelas, ajustar el tamaño del molido es tan simple como girar un dial. En los molinillos de cuchillas, puede requerir un poco más de experimentación, controlando la duración de la molienda.
- Mide la cantidad de café (sí, con precisión, no “a ojo”): Si quieres un sabor consistente y no una ruleta rusa de intensidades, mide los granos antes de molerlos. Una proporción común es 1 gramo de café por cada 15-18 gramos de agua, pero puedes ajustarlo según tu gusto.
- Muele el café: el momento en que decides si tu taza será gloriosa o un error de cálculo
- Si usas un molinillo de cuchillas, agítalo un poco mientras mueles para evitar que algunos granos queden finos como polvo y otros como piedras. Básicamente, tendrás que hacer un poco de trabajo extra para compensar las desventajas de este tipo de molinillo.
- Si usas un molinillo de muelas, solo deja que haga su trabajo. Sin agitar, sin trucos. Porque para eso lo compraste, ¿no?
🔥 Prepara tu café: no dejes que lo molido se quede esperando
Ahora que ya tienes el café molido, úsalo de inmediato. ¿Por qué? Porque si lo dejas ahí reposando como si fuera vino añejado, irá perdiendo aroma y sabor con cada minuto que pasa. Así que directo a la cafetera y a seguir el proceso habitual.
💡 Tres consejos extras:
✔ Si tu café sabe amargo, la molienda es demasiado fina. Básicamente, hiciste un espresso cuando querías un filtrado.
✔ Si tu café sabe débil o aguado, el molido es demasiado grueso. Es decir, te quedó más parecido a un té triste que a un café.
✔ La clave está en la consistencia del tamaño de las partículas. Si todo está molido de forma pareja, la extracción será uniforme y el sabor, equilibrado. Si no, prepárate para sorpresas (y no de las buenas).
Cómo elegir el molido correcto según el método de preparación
Elegir el molido correcto para tu café no es un capricho de los baristas ni un truco para vender más molinillos caros. Cada método de preparación necesita un tipo de molienda específica, porque el tamaño de las partículas influye en la velocidad de extracción y, por lo tanto, en el sabor final.
Si usas un molido incorrecto, puedes terminar con un café que sabe a agua sucia o con uno tan amargo que parece una venganza personal. Así que aquí te explico qué tipo de molido es el ideal según tu método de preparación.
- Molido grueso:
- Características: Granulado, con partículas grandes, similares a la sal gruesa o granos de pimienta. Básicamente, si lo confundes con arena de la playa, vas bien.
- Ideal para: Prensa francesa (Como aquí el café y el agua pasan un buen rato juntos (4-5 minutos), un molido grueso evita que el café se sobreextraiga y se vuelva más amargo que una discusión de tráfico.)y cold brew (Como el café se deja en contacto con el agua durante horas, un molido grueso evita que la bebida termine con un nivel de amargor digno de un lunes sin café.)
- Molido medio-grueso:
- Características: Un poco más fino que el molido grueso, similar a la sal de mesa. Este tamaño permite una extracción equilibrada en cafeteras que requieren un tiempo de filtrado intermedio. El agua tiene el tiempo suficiente para extraer los sabores sin sobre-extraer, lo que produce un café limpio y sabroso.
- Ideal para: Cafeteras de goteo con filtros metálicos y Chemex.
- Molido medio:
- Características: Parecido al azúcar moreno: ni muy grueso, ni tan fino como para hacer polvo en el aire.Es el más versátil, ideal para métodos con filtro de papel donde la extracción debe ser rápida y eficiente.
- Ideal para: Cafeteras de filtro, goteo (El agua pasa de manera uniforme, logrando un café balanceado sin sobreextraer ni desperdiciar sabores.) y Aeropress (“lento pero seguro”).
- Molido medio-fino:
- Características: Un poco más fino que el molido medio, con textura parecida al azúcar en polvo. Para métodos que necesitan una extracción rápida sin que el agua pase tan rápido como para arruinar el café.
- Ideal para: Aeropress (con tiempos de extracción más cortos) y cafeteras de cono como la V60.
- Molido fino:
- Características: Como harina o azúcar glas, pero con más poder despertador. Para métodos donde el agua pasa con alta presión y necesita extraer sabor en muy poco tiempo.
- Ideal para: Espresso (Aquí el agua caliente pasa a presión en segundos, y si el molido no es lo suficientemente fino, el resultado será aguado y sin gracia.) y cafeteras moka (El café necesita cierta resistencia para que el vapor extraiga bien el sabor, y un molido fino es clave para que no termine pareciendo agua de calcetín.)
💡Consejo práctico: El café es un ser caprichoso: los granos cambian con la frescura, la humedad y hasta el estado de ánimo del barista. Así que no tengas miedo de ajustar el tamaño del molido hasta que encuentres el punto perfecto.
Errores comunes al moler café y cómo evitarlos
A pesar de que es algo sencillo, hay algunos errores comunes que pueden arruinar tu café. Estos son los más frecuentes y cómo evitarlos:
Molienda inconsistente: cuando cada grano decide ir por su cuenta
Si el tamaño de las partículas no es uniforme, la extracción será un desastre. Algunas partes del café se sobreextraerán, mientras que otras apenas liberarán sabor, dejándote con una taza desequilibrada y frustrante.
✅ Solución: Usa un molinillo de muelas en lugar de uno de cuchillas. Los de cuchillas son básicamente licuadoras mal diseñadas para café, mientras que los de muelas hacen un trabajo mucho más parejo y profesional.
Sobrecalentamiento de los granos: porque el café tostado dos veces no es buena idea
Algunos molinillos, especialmente los de cuchillas, pueden calentar los granos durante la molienda. ¿El problema? Esto altera los aceites naturales del café, lo que se traduce en una pérdida de aroma y sabor (y un café con menos vida que una reunión por Zoom a las 7 a.m.).
✅ Solución: Muele en pulsos cortos y evita dejar el molinillo funcionando hasta que parezca que va a despegar.
Elegir el tamaño de molido incorrecto: el error clásico
Cada método de preparación necesita un molido específico, y si usas el incorrecto, no hay manera de salvar el café.
¿Molido demasiado fino para prensa francesa? Disfruta tu café con sedimentos de regalo.
¿Molido demasiado grueso para espresso? Te espera un café aguado.
✅ Solución: Ajusta el molinillo según el método que vayas a usar:
✔ Fino para espresso
✔ Medio-fino para V60 o Aeropress rápida
✔ Medio para goteo y cafeteras de filtro
✔ Grueso para prensa francesa o cold brew
Moler demasiado café a la vez
El café molido pierde aroma rápidamente, así que moler más de lo necesario es básicamente garantizar que tu próximo café sepa a cartón.
✅ Solución: Muele solo lo que vayas a usar en el momento. Sí, puede dar pereza, pero si ya te tomas la molestia de molerlo en casa, hazlo bien.
La importancia de la precisión en la molienda
El tamaño del molido determina la velocidad de extracción, y eso afecta directamente el sabor.
- Si el molido es demasiado fino, el café puede terminar sobreextraído y amargo.
- Si es demasiado grueso, la extracción será insuficiente y el café sabrá débil y aguado.
Cada método de preparación necesita su punto exacto de molienda para extraer los sabores adecuados. Así que no lo dejes al azar… o prepárate para beber café malo de verdad.
La importancia de la precisión en la molienda
El tamaño del molido determina la velocidad de extracción, y eso afecta directamente el sabor.
Un molido demasiado fino puede hacer que el café sea amargo, mientras que uno demasiado grueso puede dejarlo débil y aguado. Cada método de preparación requiere un tamaño de molienda específico para extraer los sabores adecuados.
Moler el café no es nada nuevo, pero ¿Cómo se hacía antes?
Hoy en día, moler café es tan fácil como apretar un botón. Pero ¿te has preguntado cómo lo hacían antes de que existieran los molinillos eléctricos?
Pues te adelanto algo: con mucho esfuerzo y probablemente con dolor de muñeca.
Los inicios: café con extra de paciencia
Allá por el siglo XV, cuando la única tecnología avanzada era un mortero y una maja, los primeros fanáticos del café molían los granos a puro golpe de muñeca.
Sí, tomarse un café significaba literalmente darle de golpes a los granos hasta que quedaran listos para la infusión.
¿Lento? Sí. ¿Eficiente? Bueno… al menos quemaban calorías antes de la primera taza.
El siglo XVII: cuando la humanidad se hartó de moler café como cavernícolas
Con el tiempo, alguien con buen sentido (y probablemente con el brazo cansado) pensó que debía haber una mejor manera.
Así nacieron los primeros molinillos manuales, que usaban una manivela para hacer pasar los granos entre dos discos metálicos y triturarlos sin necesidad de que alguien terminara con tendinitis.
💡Dato curioso: Estos primeros molinillos no fueron diseñados para el café, sino para especias. Así que sí, si alguna vez has usado el mismo molinillo para café y pimienta sin darte cuenta… históricamente hablando, estás en lo correcto.
Finales del siglo XVII: cuando el café se volvió un poco más civilizado
Fue hasta finales del siglo XVII cuando alguien finalmente dijo “quizás el café merece su propio molinillo”, y nacieron los primeros diseñados específicamente para ello.
Estos modelos ya traían un cajón incorporado para recoger los granos molidos y evitar el clásico desastre de café esparcido por toda la cocina. Básicamente, un pequeño avance para la humanidad, pero un gran avance para los que odiaban limpiar.
Desde ahí, los molinillos han seguido evolucionando, desde las versiones manuales hasta los eléctricos que conocemos hoy, capaces de moler con precisión sin necesidad de esfuerzo (o de desarrollar músculos de barista rústico).
¿Y hoy en día? Aún hay valientes que prefieren lo tradicional
Aunque la tecnología ha avanzado, hay quienes insisten en moler su café a mano. No porque sea más rápido ni más práctico, sino porque disfrutan del ritual, el sonido y la sensación de haber trabajado por su taza.
Y claro, porque les gusta recordarnos a los demás que lo hacen “por la experiencia”.
La próxima vez que te quejes porque tu molinillo eléctrico hace ruido en la mañana, piensa en aquellos que tenían que levantarse antes solo para moler su café a punta de manivela.
Y si crees que moler a mano es algo romántico… bueno, prueba hacerlo todos los días antes de las 7 a.m. y dime si sigue siendo tan bonito. 😏