Guía para moler el café correctamente
Moler tus propios granos de café es una de esas pequeñas cosas que pueden marcar una gran diferencia. No se trata solo de frescura, sino de poder disfrutar de todo el sabor y aroma que el café tiene para ofrecer.
Si nunca lo has hecho, puede parecer un detalle sin importancia, pero te aseguro que una vez que pruebas el café recién molido, no hay vuelta atrás. En esta guía, te voy a contar cómo moler el café en casa de manera sencilla para que cada taza sea como a ti te gusta.
Índice de contenidos
Lo primero: el tipo de molinillo
Sé que es evidente, pero lo primero que necesitas es un buen molinillo. Pero, ¿cuál elegir? Pues los más comunes se dividen en dos tipos:
Molinillos de cuchillas: Estos son los más habituales y accesibles. Funcionan de manera sencilla: una cuchilla giratoria corta los granos a medida que los tritura. Son ideales si buscas algo económico y fácil de usar. Sin embargo, tienen un par de desventajas: la molienda no siempre es uniforme, lo que puede afectar el sabor del café, y el calor generado por la velocidad de las cuchillas puede alterar los aceites naturales de los granos, dando lugar a un café con menos aroma y sabor.
Molinillos de muelas: Estos son los preferidos por los baristas o aficionados al café, y por una buena razón. En lugar de cortar los granos, las muelas (que son dos discos que giran en direcciones opuestas) los trituran de manera más uniforme. Esto te permite controlar mejor el tamaño de la molienda, lo que es vital para diferentes métodos de preparación, como el espresso o la prensa francesa. Aunque son más caros, la inversión vale la pena si eres de los que buscan el máximo sabor en cada taza.
Al final, la elección entre un molinillo de cuchillas y uno de muelas depende de tus necesidades y presupuesto. Si estás empezando, un molinillo de cuchillas puede ser suficiente. Pero si ya eres un apasionado del café y quieres experimentar con diferentes métodos de preparación, un molinillo de muelas te ofrecerá consistencia y precisión.
Cómo moler granos de café en casa
Moler café en casa es más sencillo de lo que parece, y con un poco de práctica, puedes dominarlo rápidamente. Aquí te dejo una guía paso a paso para que lo hagas como un experto:
- Prepara tu molinillo: Si ya has elegido el tipo de molinillo que más te conviene, es hora de ponerlo a trabajar. Asegúrate de que esté limpio antes de empezar, ya que los restos de café viejo pueden afectar el sabor.
- Elige los granos de café: Utiliza café en grano de calidad. Recuerda que la frescura es clave, así que busca café en grano que haya sido tostado recientemente y mantenlo en un recipiente hermético.
- Ajusta el tamaño de la molienda: Dependiendo del método de preparación que vayas a usar, deberás ajustar el grosor del molido:
- Molido grueso: Ideal para prensa francesa o cold brew.
- Molido medio: Perfecto para cafeteras de filtro o de goteo.
- Molido fino: Recomendado para espresso y cafeteras moka.
- Mide la cantidad de café: Para obtener un sabor consistente, es recomendable medir los granos antes de molerlos. Una proporción común es 1 gramo de café por cada 15-18 gramos de agua, pero puedes ajustarlo según tu gusto.
- Muele el café: Coloca los granos en el molinillo y empieza a moler. Si usas un molinillo de cuchillas, agítalo un poco mientras mueles para ayudar a que los granos se muevan y se trituren de manera más uniforme. En los molinillos de muelas, simplemente deja que la máquina haga su trabajo.
- Prepara tu café: Una vez que tengas el café molido, úsalo de inmediato para aprovechar al máximo su aroma y sabor. Coloca el café en tu cafetera preferida y sigue el proceso habitual de preparación.
💡Un par de consejos: Si notas que tu café tiene un sabor amargo, es posible que la molienda sea demasiado fina. Si sabe débil o aguado, prueba con un molido más grueso. Recuerda, la consistencia en el tamaño de las partículas es clave para una extracción uniforme y un buen sabor.
Cómo elegir el molido correcto según el método de preparación
Cada método de preparación requiere un tipo de molienda específica, ya que el tamaño de las partículas influye en la velocidad de extracción y, en consecuencia, en el sabor final. Aquí te explico qué tipo de molido es el más adecuado para los métodos de preparación más comunes:
- Molido grueso:
- Características: Las partículas son grandes, similares a la sal gruesa o a granos de pimienta. Este molido permite que el agua fluya fácilmente a través de los granos, lo que es perfecto para métodos de inmersión prolongada como la prensa francesa. En el caso del cold brew, donde el café se deja en contacto con el agua durante varias horas, un molido grueso asegura una extracción lenta y uniforme, evitando que el café se vuelva demasiado amargo.
- Ideal para: Prensa francesa y cold brew.
- Molido medio-grueso:
- Características: Un poco más fino que el molido grueso, similar a la sal de mesa. Este tamaño permite una extracción equilibrada en cafeteras que requieren un tiempo de filtrado intermedio. El agua tiene el tiempo suficiente para extraer los sabores sin sobre-extraer, lo que produce un café limpio y sabroso.
- Ideal para: Cafeteras de goteo con filtros metálicos y Chemex.
- Molido medio:
- Características: De tamaño similar al azúcar moreno. Es el tipo de molido más versátil y se adapta bien a varios métodos de preparación que utilizan filtros de papel. La extracción es rápida y eficaz, lo que da como resultado un café balanceado en sabor y aroma.
- Ideal para: Cafeteras de filtro, goteo y Aeropress (con tiempo de extracción más largo).
- Molido medio-fino:
- Características: Un poco más fino que el molido medio, con una textura similar al azúcar en polvo. Este molido más fino permite una extracción más rápida, adecuada para métodos que usan menos tiempo de contacto entre el agua y el café, como la Aeropress en sus versiones de preparación rápida.
- Ideal para: Aeropress (con tiempos de extracción más cortos) y cafeteras de cono como la V60.
- Molido fino:
- Características: Similar a la consistencia de la harina o azúcar en polvo. En el caso del espresso, la presión del agua que pasa rápidamente a través del café requiere un molido muy fino para asegurar una extracción intensa en pocos segundos. Para la moka, un molido fino también es esencial para crear el tipo de resistencia que produce ese clásico café fuerte y concentrado.
- Ideal para: Espresso y cafeteras moka.
💡Consejo práctico: Es posible que necesites ajustar ligeramente el tamaño del molido dependiendo de la frescura de los granos y la humedad del ambiente. No tengas miedo de experimentar; una vez que encuentres el molido perfecto para tu método de preparación preferido, disfrutarás de un café con un sabor excepcional en cada taza.
Errores comunes al moler café y cómo evitarlos
A pesar de que es algo sencillo, hay algunos errores comunes que pueden arruinar tu café. Estos son los más frecuentes y cómo evitarlos:
- Molienda inconsistente: Si el tamaño de las partículas no es uniforme, la extracción será desigual, lo que afecta el sabor. Solución: Usa un molinillo de muelas en lugar de uno de cuchillas para asegurar una molienda más consistente.
- Sobrecalentamiento de los granos: Algunos molinillos, especialmente los de cuchillas, pueden calentar los granos durante la molienda, afectando sus aceites naturales y el sabor del café. Solución: Muele en pulsos cortos y no dejes que el molinillo funcione durante mucho tiempo seguido.
- Seleccionar el tamaño de molido incorrecto: Cada método de preparación requiere un tamaño específico de molido. Usar un tamaño incorrecto puede resultar en un café amargo o insípido. Solución: Asegúrate de ajustar el molinillo según el método de preparación que estés utilizando (fino para espresso, grueso para prensa francesa, etc.).
- Moler demasiado café a la vez: El café molido pierde frescura rápidamente, así que moler más de lo necesario puede dejarte con café rancio. Solución: Muele solo la cantidad que vas a usar inmediatamente.
La importancia de la precisión en la molienda
El tamaño del molido determina la velocidad de extracción, y eso afecta directamente el sabor.
Un molido demasiado fino puede hacer que el café sea amargo, mientras que uno demasiado grueso puede dejarlo débil y aguado. Cada método de preparación requiere un tamaño de molienda específico para extraer los sabores adecuados.
Moler el café no es nada nuevo, pero ¿Cómo se hacía antes?
¿Te has preguntado alguna vez cómo molían el café antes de que existieran los molinillos eléctricos que usamos hoy en día? La historia de la molienda de café es tan antigua como el propio café. En sus inicios, se utilizaban métodos simples y manuales. Los primeros amantes del café, allá por el siglo XV, molían los granos utilizando un mortero y una maja, una técnica rudimentaria pero efectiva.
Con el tiempo, la necesidad de simplificar el proceso llevó a la invención de los primeros molinillos manuales en el siglo XVII. Estos molinillos no eran muy diferentes de los que aún se utilizan hoy en día en algunas partes del mundo. Tenían una manivela que, al girarla, hacía pasar los granos de café entre dos discos metálicos que los trituraban. Lo curioso es que estos primeros molinillos no estaban diseñados originalmente para el café, sino para especias.
Fue solo a finales del siglo XVII cuando se fabricaron los primeros molinillos específicos para café, con cajones incorporados para recoger los granos molidos. Desde entonces, la evolución ha sido constante, pasando de los modelos manuales a los eléctricos que conocemos hoy, que nos permiten ajustar el tamaño de la molienda con gran precisión, adaptándose a los diferentes métodos de preparación.
Aunque la tecnología ha avanzado mucho, la esencia de moler el café sigue siendo la misma: liberar el aroma y el sabor encerrados en cada grano. Y, aunque hoy en día hay muchas opciones automáticas, algunos aún prefieren la experiencia más tradicional y manual, que nos conecta con esos primeros días del café.