Los 7 termos para café que recomiendo: Test 2025

Madrugón, tráfico, mil recados… ¿Y encima te tienes que tomar un café frío en vaso de cartón?

Como para no comenzar el día con mal humor.

Pues para eso están los termos: mantienen el café caliente durante horas (o el cold brew bien frío).

Se integran fácil en la rutina: tren, escritorio, escapada de finde. Y no te preocupes porque los que vas a ver a continuación no tienen esa estética hortera o retro como los que teníamos hace unos años.

Vamos a ver 7 termos que de verdad conservan la temperatura y te hacen la vida más simple, y que además vas a querer enseñar 😉. ¿Les echamos un ojo?

3 claves IMPORTANTES para decidir

1. Tapa y estanqueidad. Si la vas a llevar en mochila, prioriza rosca + junta (sin respiraderos) y que la junta sea fácil.
2. Aislamiento real vs tamaño: Sé realista: en 300–400 ml lo normal es 1–3 h caliente (sin precalentar) y 3–5 h si precalientas. A mayor volumen (750 ml–1 L), más horas; en frío siempre aguanta mejor. Elige capacidad según tu trayecto, no por la cifra “máxima” del fabricante.
3. Material: Interior cerámico = sabor más limpio, pero limpieza solo a mano y requiere mimo; acero 304 es más duro y fácil de mantener. Elige acabado rugoso si lo piensas llevar junto a llaves o telas delicadas.

Los 7 termos para café que más me han gustado

Llevo años probando diferentes termos de café, y hay algunos que, aunque tienen muchísimas horas de uso, siguen manteniendo la temperatura como el primer día. Pero vamos a ver los modelos que ahora están a la venta y que creo que merecen la pena.

7. Super Sparrow

Voy a ser directa, este termo me parece interesante por lo práctico que es, pero sobre todo por el precio.

Tiene una tapa con pajita incorporada, por lo que está genial tanto para oficina como para salir al campo. Además entra en el portavasos, no estorba y luego va al lavavajillas.

El cierre funciona bien, no hace falta apretar como si no hubiera un mañana; con un cierre firme basta. Eso sí, no es para tirarlo a la mochila y olvidarte: tumbado puede humedecer por el respiradero y, si la pajita no queda bien asentada, el caudal baja (se arregla recolocándola o cambiándola).

El de 1 L mantiene el hielo hasta media tarde y el de 750 ml aguanta de sobra; el de 350 ml, como era lógico, rinde algo menos.

En materiales, el cuerpo aguanta bien el trote, pero los acabados impresos se marcan antes y el color puede no clavar la foto, así que mejor liso. ¿Olor a goma al principio? Agua tibia con bicarbonato y listo.

6. Relota termo taza

Este termo tiene una capacidad de tan sólo 380ml, por lo que me parece interesante como “vaso-puente” entre cafetera y escritorio: precalentándolo un minuto con agua muy caliente da 3–4 h decentes; sin ese paso, 1–2 h.

En frío funciona mejor y no condensa. En vertical no parece perder líquido, pero boca abajo puede aparecer humedad por el bebedero, si lo llevas en mochila en vertical no hay problema, tumbado peligra.

El diseño me encanta, y es muy práctico, aunque hay que tener en cuenta que entra en algunos portavasos y en otros queda justo.

Te aconsejo limpieza a mano para mimar la junta, el olor inicial se va con bicarbonato.

5. Contigo West Loop

Este termo me ha gustado por algo sencillo, pero que no muchos modelos cumplen, y es que es posible beber con una mano sin que se abra solo. El sistema AUToseal se cierra entre trago y trago y, con el bloqueo activado, no hay sustos en la mochila.

De calor, lo que veo en uso real: 2–3 horas bien caliente tal cual y 3–5 horas si lo precalientas un minuto con agua muy caliente. En frío aguanta más.

Entra en la mayoría de portavasos y no condensa. La tapa se abre entera y acepta lavavajillas; aun así tiene recovecos, así que aclara bien o aparece el típico regusto a jabón.

Si te preocupa la pintura, el acero “Stainless Steel” es el que mejor envejece (y suele llevarse bien con el lavavajillas). Los colores pintados se marcan antes.

💡Dos señales claras de devolución: si rezuma por el botón (junta fuera de sitio o defecto) o si oyes agua entre paredes (se ha ido el vacío).

4. Thermos Termo King

El Thermoking me parece buena opción como termo “de batalla” para café e incluso caldos y, en lo importante, cumple: aísla muy bien. Con precalentado mantiene el café muy caliente toda la mañana y aún templado por la tarde, aunque diría que las “24 h” de la ficha solo las ves si no lo abres.

El acero sin recubrimiento deja el sabor limpio y se agradece que sea apto para lavavajillas (bandeja superior).

El formato grande es ideal para coche, oficina o salir al campo, pero pesa y abulta. Si lo quieres para diario, el 470 ml rinde, aunque resulta voluminoso para su capacidad.

El cierre es estanco si roscas bien y viertes con medio giro. Ahora, no tiene pico: para mate o verter muy fino puede gotear.

El asa abatible ayuda a transportar, pero a veces traquetea; la querría más firme.

Un par de detalles a vigilar: la taza-tapa se calienta con líquidos muy calientes. Tiene la boca estrecha, así que no hay otra forma de limpiarla que con escobilla.

3. Stanley

Si lo tuyo es el café con hielo, este termo te va a gustar. Con agua fría va sobrado y, con hielo, llega al final del día.

Pesa cuando va lleno, así que el asa se agradece.

La tapa FlowState (tres posiciones) y la pajita son comodísimas para beber sin inclinar, en mesa o en el coche. Pero no es hermético: en vertical, sí; tumbado, no (el orificio de la pajita deja pasar).

Se desmonta fácil y admite lavavajillas (vaso, tapa y pajita); aun así, aclara bien la tapa para que no quede regusto a jabón.

💡Un consejo: De serie no trae tapa “cerrada” ni capuchón para la pajita; si te interesa, cómpralo aparte.

2. Hario Stick Sakura

Este termo no es solo un diseño bonito, también es de calidad: acero inoxidable de doble pared, mecanizado limpio, base estable. El tacto es ligeramente rugoso; mejora el agarre y no patina en el escritorio, aunque con telas delicadas prefiero separarlo porque puede rozar. La capacidad de 350 ml da para un café largo o un té generoso; si sueles llevar medio litro, aquí te quedarás corto.

La tapa blanca rosca con precisión, la junta sella bien y la boca ancha hace que beber, verter y limpiar sea sencillo, como debe ser.

Puntos a tener en cuenta: es mejor lavarlo a mano (tapa y junta con mimo). Mejor en vertical y sin sobrellenar; si lo agitas y lo abres rápido, puede humedecer o salpicar. El acabado mate es bonito pero se marca con golpes, y el cuerpo resulta algo ancho para bolsillos estrechos.

Te lo aconsejo si lo quieres para llevar en el bolso y para escritorio, si priorizas diseño cuidado y boca ancha.

1. Fellow Carter Move

Después de probar muchos termos, el Fellow es el que más uso. Me quedo con él por el sabor (interior cerámico, nada de gusto a metal) y porque su boca ancha y borde fino me parece de lo más cómodo (no es igual que beber de una taza, pero se parece).

Mantiene el café bien caliente unas 2–3 horas tal cual; si lo precalientas con agua caliente un minuto, se estira a 3–5. Con frío aguanta más. Mi modelo es el de 12 oz y me da ese margen sin sorpresas.

Para llevarlo, mejor en vertical y sin llenar hasta el borde. El protector anti-salpicaduras funciona andando o en el coche, pero tumbado no es estanco y la junta hay que colocarla bien para evitar pequeñas fugas. Se lava a mano.

El acabado mate queda muy bonito, aunque se marca con golpes, y el cuerpo es algo ancho para algunos portavasos.

Si te importa el sabor y quieres una sensación “casi taza” en el escritorio o en trayectos cortos, aciertas. Si lo tuyo es tirarlo en la mochila y olvidarte de él en horizontal, mejor otro con cierre totalmente estanco.

Comparativa rápida

Mini-guia para elegir un buen termo

Todos los termos parecen iguales, pero cuando te pones a elegir te das cuenta de que hay mucha diferencia.

Empieza por tu uso

Antes de mirar marcas, piensa cómo, cuánto y dónde lo vas a usar.

• Si tu día son trayectos cortos, un 300–400 ml te da 1–3 horas “bien bebible” sin hacer nada especial; con un minuto de precalentado se estira.
• Para media jornada, 450–600 ml equilibran horas y peso.
• Si te pasas el día fuera o vienes de zonas muy calurosas, 750 ml–1 L aguanta mejor (en frío siempre rinde más).

También cuenta cómo lo llevas: en mochila o bolso, tapa de rosca con junta y uso en vertical; en el coche, mide el portavasos (los “stick” estrechos encajan mejor); en escritorio puedes permitirte un cuerpo algo más ancho con boca ancha para beber y limpiar sin perder la paciencia.

Tapa y estanqueidad

Para llevar dentro de bolso o mochila, debes darle más importancia a una rosca + junta sin respiraderos.

Primero prueba en casa: cinco minutos tumbado sobre papel y un par de sacudidas suaves te dicen la verdad. Las flip/360 y los splash-guard son comodísimas caminando o en el coche, pero no están pensadas para ir tumbadas.

❗Ojo con el cierre: firme basta; apretar “a muerte” deforma la junta y luego pierde. Y valora que haya repuestos de juntas y tapas: es lo que alarga la vida del termo cuando aparecen las primeras holguras.

Materiales e interior

El acero 304/316 es robusto, fácil de mantener y, para la mayoría, perfecto; pero si tienes el olfato fino, a veces deja un toque metálico.

A mi personalmente me gusta más el interior cerámico: sabor más limpio, cero metal (pero no queda más remedio que lavarlo a mano y además es un pelín más delicado a golpes).

En el exterior, las pinturas lisas suelen aguantar mejor que los impresos, y los acabados rugosos agarran muy bien pero pueden marcar telas delicadas.

💡Un truco que suelo usar: precalentar 60–90 segundos. Entre eso y abrir menos veces, notarás más “horas reales” que con cualquier cifra del embalaje.

Limpieza y piezas

Cuantas menos piezas, mejor vida. Si odias fregar, evita tapas con laberintos. Ya que que el lavavajillas es tentador, pero si hay pintura o juntas, a mano duran más.

Para mi la boca ancha es lo mejor: entra el cepillo, caben cubitos y se van los olores. Lo que suelo hacer es enjuagar tras cada uso y, una vez a la semana, usar agua tibia con bicarbonato 15 minutos; seca bien roscas y junta antes de montar.

💡Un detalle práctico que he aprendido por las malas: no llenes hasta el borde; pierdes sellado y al abrir puedes salpicar.

Tamaño, encaje y extras

Para mí, el punto dulce está en 500 ml: no pesa demasiado y me cubre mañana y vuelta a casa sin ir racionando. 350 ml ronda los 300 g y cabe en cualquier bolso; es la opción “ligera para recados” (si bebes mucho, te sabe a poco).

De 750 ml a 1 L ya hablamos de otra liga: pesan y abultan, pero te cubren el día incluso con calor.

En mesa, un cuerpo más ancho es más estable; para moverte, el estrecho viaja mejor y entra en más portavasos (mide el del coche y evitas sorpresas).

Extras que merece la pena valorar

La base antideslizante evita sustos en el escritorio. La funda protege la pintura y, si llevas telas delicadas, te ahorra roces (no es estética, es práctica).

Asa o cinta cuando lo llevas en la mano y no quieres ir apretándolo.

Y si te gusta verter directo (V60/AeroPress), boca ancha o no hay manera: entran los filtros, caben los cubitos y la limpieza es otra historia.

Acabo con un pequeño consejo que me ha ahorrado disgustos: mira que la marca tenga repuestos (juntas, tapas) y un SAT decente. Una junta nueva cuesta poco, alarga la vida del termo y te evita empezar de cero por una fuga tonta.