Café liquido para las plantas: ¿Es adecuado?
Seguro que más de una vez has mirado esa media taza de café fría y has pensado, “¿Y si en lugar de tirarlo lo uso para regar mis plantas?”.
Suena lógico, ¿no? Al fin y al cabo, el café tiene nutrientes como nitrógeno, potasio y magnesio, así que en teoría debería ser un boost natural para tus verdes compañeras.
Pero, antes de convertir tu maceta en una cafetería improvisada, vale la pena preguntarse: ¿es realmente buena idea? Algunos dicen que sí, sobre todo para plantas que prefieren los suelos ácidos, como los arándanos o las azaleas. Otros advierten que la cafeína y el pH del café pueden hacer más daño que bien.
Entonces, ¿estamos ante el descubrimiento del siglo para el mundo de la jardinería o es solo otro mito más que se ha colado en nuestras vidas?
Vamos a desgranarlo con datos reales y recomendaciones prácticas, que para experimentos ya tenemos suficientes en casa.
Índice de contenidos
Café líquido: ¿beneficioso o dañino?

Si el café te ayuda a empezar el día, tiene sentido pensar que también podría darle un empujón a tus plantas. Pero, ¿qué pasa realmente cuando echas café en la tierra? Vamos a verlo con datos en la mano.
✔ Lo bueno: nutrientes y acidez controlada
El café líquido contiene nitrógeno, potasio y magnesio, elementos esenciales para el crecimiento de muchas plantas. Además, su ligera acidez puede beneficiar a especies que prefieren suelos ácidos, como:
✅ Arándanos
✅ Azaleas
✅ Hortensias
✅ Gardenias
Si lo usas bien (diluido en agua en una proporción de 1:3) y con moderación, puede ser una ayuda para ajustar ligeramente el pH del suelo y aportar algo de nutrición extra.
❌ Lo malo: cafeína y pH descontrolado
El problema es que el café no es solo nutrientes. También contiene cafeína, y no está tan claro que a las plantas les haga gracia. Se ha descubierto que la cafeína puede inhibir el crecimiento de algunas especies, interfiriendo en la absorción de agua y nutrientes.
Otro factor a tener en cuenta es el pH del café. Dependiendo del tipo y el método de preparación, puede oscilar entre 4.5 y 6, lo que en exceso podría alterar el equilibrio del suelo. Si tu planta no es amante de los suelos ácidos, podría salir perdiendo.
Conclusión rápida: café sí, pero con cabeza
- Si tienes plantas acidófilas y usas café diluido ocasionalmente, puede ser útil.
- Si riegas con café todos los días o lo usas sin diluir, podrías estar dañando más que ayudando.
- El café descafeinado reduce el problema de la cafeína, pero sigue sin ser la mejor opción en grandes cantidades.
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Posos de café: la alternativa más segura
Si el café líquido genera dudas, los posos son otro cantar. No alteran el pH de forma agresiva, aportan nutrientes y mejoran la tierra.
Pero antes de emocionarte y empezar a esparcirlos como si fueran oro negro, hay un par de cosas que necesitas saber.
Nutrición lenta, pero efectiva
A diferencia del café líquido, los posos liberan sus nutrientes poco a poco. Su mayor aporte es el nitrógeno, un elemento clave para el crecimiento de las plantas. No es un chute inmediato como los fertilizantes sintéticos, pero a largo plazo mejora la calidad del suelo sin alterar su equilibrio.
También tienen otra ventaja: hacen que la tierra sea más esponjosa y retenga mejor la humedad. Esto viene genial para plantas que sufren en suelos secos o compactados.
Ojo con el exceso: ni barrera ni plaga
Aunque los posos sean útiles, no los tires a lo loco en la maceta. Si se acumulan en exceso, pueden crear una capa densa que bloquea el paso del aire y del agua. Y lo último que quieres es asfixiar las raíces de tus plantas mientras crees que las estás cuidando.
También hay que tener en cuenta su efecto en el compost. Si los combinas con otros residuos orgánicos (como cáscaras de fruta o restos de verduras), se descomponen mejor y aportan un equilibrio perfecto.
¿Cómo aprovecharlos sin meter la pata?
Si quieres usarlos bien, hazlo con moderación. Lo ideal es mezclarlos con la tierra en pequeñas cantidades o añadirlos al compost. Algunos también los dejan en remojo para hacer un «té de posos» y regar con ese líquido.
Dicho esto, si te sobra café todas las mañanas, los posos son una opción mucho más segura y útil que el café líquido. Tu jardín lo agradecerá y, además, le estarás dando una segunda vida a algo que de otro modo acabaría en la basura.
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¿Cuándo y cómo usar café en las plantas?
Sabemos que el café puede ser un aliado en la jardinería, pero también que no todo vale.
Antes de ponerte a regar tus plantas con lo que te sobró del desayuno, veamos cómo hacerlo bien (y cómo evitar que tus macetas se conviertan en un experimento fallido).
¿El café líquido es una buena idea?
Si alguna vez has pensado en darle un traguito de café a tus plantas, la respuesta corta es: depende de qué planta y de cómo lo hagas.
Como ya hemos adelantado, algunas especies, especialmente las que disfrutan de suelos ácidos, pueden tolerarlo sin problema. Es el caso de los arándanos, las hortensias o las azaleas. Pero si lo haces mal, puedes liarla bastante.
El truco está en la dilución. Verter café recién hecho y sin filtro es como darle un espresso bien cargado a una planta que solo quería una infusión ligera. Para que no afecte al suelo, hay que rebajarlo con agua (una parte de café por tres de agua es una buena medida). Si después de varios riegos notas que las hojas empiezan a amarillear o secarse en los bordes, mala señal: la planta te está pidiendo que pares.
Los posos de café: más fáciles de usar y sin tantos riesgos
Si lo que buscas es algo más seguro, los posos de café son la mejor opción. No alteran el pH de golpe y, además, ayudan a mejorar la estructura del suelo. Mezclados con la tierra, la vuelven más esponjosa y mantienen la humedad, lo que viene genial en climas secos.
Eso sí, tampoco se trata de vaciar el filtro de la cafetera en la maceta sin pensar. Si los dejas en la superficie sin mezclarlos, pueden apelmazarse y formar una costra que impida que el agua pase bien. Mejor mézclalos ligeramente con la tierra o agrégalos al compost para que se descompongan de forma equilibrada.
Errores que debes evitar
Uno de los errores más comunes es pensar que más café = más nutrientes. No, no funciona así. Si te pasas, puedes saturar la tierra y terminar asfixiando las raíces. Y aunque la idea de regar con café suena exótica, lo mejor es hacerlo de vez en cuando, no como hábito diario.
Ya sabes: si usas café líquido, que sea bien diluido y solo para plantas acidófilas. Si prefieres los posos, mézclalos con la tierra o el compost, pero sin exagerar.
¿Has probado alguna vez a usar café en tus plantas? ¿Te ha funcionado o ha sido un desastre? Cuéntamelo, que aquí estamos para aprender juntos.