EL MÍTICO (Guatemala)
Desde 15,90 € IVA incluido
Dulzura combinada con cuerpo cremoso, El Mítico es el típico café que te deja el sabor en la boca mucho tiempo… como las leyendas legendarias que perduran con el paso del tiempo. ¡No te desharás de él tan fácilmente!
¿Este café es para ti?
Si eres de los que le gusta saborear ese «regustillo a café» este café guatemalteco es el tuyo. Desde su primer sorbo notas de la almendra tostada, seguida de la riqueza del chocolate que suaviza la experiencia, y acompañado de un rico aroma floral.
La dulzura natural de este café, combinada con su cuerpo cremoso, hace honor a su nombre, dando lugar a algo casi mágico y fuera de lo común. Disfruta de un sabor duradero, similar a los relatos legendarios que pasan de generación en generación.
Un equilibrio perfecto entre dulzura y acidez y que además, es muy versátil para diversas preparaciones, ya sea desde un expreso intenso hasta un suave café filtrado.
Cada grano es seleccionado por su perfil distintivo y afrutado, destacando sobre todo el sabor a caramelo y notas de chocolate. Un reflejo de su legendaria calidad y el impacto transformador de esta taza.
Nuestro café más Mítico en detalle…
Compromiso con la Comunidad y la Calidad
Hilario Lorenzo Jiménez es un dedicado productor de café que trabaja en el Caserío Río Ocho Grande, ubicado en Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango. Su finca, llamada La Ladera, abarca 7 hectáreas y se encuentra a 1.800 metros sobre el nivel del mar. Junto a su familia, Hilario cultiva variedades de Bourbon y Caturra. Su pasión por la agronomía ha sido una constante en su vida, habiendo trabajado anteriormente en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, donde adquirió conocimientos de gran importancia que le han permitido mejorar la calidad de su café durante una década. Actualmente, Hilario colabora con Olam, participando en un programa de capacitación para agricultores.
El Caserío Río Ocho Grande debe su nombre a un río local y es conocido por sus coloridas vestimentas tradicionales. La comunidad se destaca por mantener vivas sus tradiciones culturales, reflejadas en los alegres atuendos de sus habitantes. Aunque la altitud del pueblo es demasiado elevada para el cultivo de café, Hilario y su familia descienden la montaña para trabajar en su finca.
En La Ladera, la cosecha se realiza a mano, seleccionando solo las mejores cerezas. Se utiliza el proceso de flotación para eliminar los granos demasiado maduros. Las cerezas de alta calidad se despulpan, fermentan en agua durante 18 a 24 horas, y luego se lavan y secan al sol en patios hasta alcanzar el contenido óptimo de humedad. Este cuidadoso proceso garantiza un café de excepcional calidad.
Seña de Identidad Guatemalteca
El café de especialidad de Guatemala se beneficia de las altas montañas del país, donde los cafetales se ubican entre los 500 y 2.000m sobre el nivel del mar. Estas altitudes, junto con un clima ideal, favorecen un crecimiento lento del grano, enriqueciéndolo con una concentración más alta de azúcares y ácidos que mejoran notablemente su perfil de sabor.
Los cafés guatemaltecos son conocidos por su complejidad y equilibrio, ofreciendo notas de chocolate, caramelo, frutas tropicales y matices florales, que varían según la región.
Esta diversidad de sabores es el resultado de la variedad de microclimas y altitudes del país. Una mezcla de geografía, métodos de cultivo y tradiciones locales se unen para producir un café de gran calidad.