¿El café engorda? ¡Ojo! porque depende de cómo lo tomes
Vivimos en una era en la que hasta el agua se mira con recelo por si tiene «calorías ocultas». Pero, ¿realmente el café engorda? ¿O es otro de esos mitos que flotan alrededor de la cultura del bienestar?
Vamos a ponernos serios por un segundo (solo uno): el café solo, en su versión más pura y sin adulterar, no engorda. Básicamente, es como tomarte un vaso de agua caliente, pero con cafeína para que la vida parezca más llevadera. El problema, como siempre, aparece cuando empezamos a hacer alquimia con nuestro café: azúcar, nata, siropes de vainilla, caramelo, unicornio🦄… lo que sea que le eches. Ahí es donde empiezan las calorías a colarse en tu vida.
Relaja ese ceño fruncido, no estoy aquí para arruinarte el placer del café. Al contrario, te voy a enseñar a disfrutar tu café sin culpa, sabiendo exactamente qué estás tomando y cómo afecta (o no) a tu cintura.
¿Un capuchino te arruinará la semana de gimnasio? ¿Es peor tomar café de noche o en la mañana?
📢Spoiler: lo que realmente importa es lo que le añades al café y cómo lo disfrutas. Vamos a verlo con una pizca de humor y mucho sentido común, porque la vida es demasiado corta como para vivirla sin café.😉
Índice de contenidos
Vayamos al grano… ¿El café engorda?
Para empezar, dejemos una cosa clara: el café negro no engorda.
Si te gusta el café puro y fuerte, sin azúcar, nata o esas locuras que le añaden en las cafeterías hipster, estás a salvo. Una taza de café solo tiene unas 2 calorías, o sea, básicamente nada.
Esto puede sonar duro, pero si tu mañana empieza con un café solo, lo que te está engordando no es la bebida. Es probablemente ese croissant de chocolate que lo acompaña.
Así que sí, el café negro es tu mejor aliado en la batalla contra las calorías. Sin añadidos, puedes disfrutarlo sin miedo. Eso sí, la historia cambia cuando empiezas a agregarle cosas, y ahí es donde entramos en territorio peligroso (y delicioso).
Café con leche: Depende de la leche (y de cuánto le pongas)
Si no puedes soportar el café solo, no estás solo 😜. Pero lo que hay que entender es que aquí el juego cambia, dependiendo del tipo de leche que elijas. Con leche entera, puedes estar añadiendo entre 70 y 100 calorías a tu bebida.
¿No te parece mucho? Pues realmente no lo es, pero si te tomas tres al día, ahí es donde la cosa se complica.
Sin embargo, si optas por leche desnatada o vegetal sin azúcares añadidos (como la popular leche de almendras), las calorías se reducen considerablemente. Así que no es necesario renunciar a tu café con leche, solo haz elecciones inteligentes.
Nos olvidamos de la leche… ¿el café solo engorda?
Volvamos al café solo, ese amigo fiel de las mañanas (o de cualquier momento, realmente). Si lo tuyo es el café sin más, te traigo buenas noticias: prácticamente estás tomando una bebida libre de calorías. Sí, has leído bien. Una taza de café solo, sin azúcar ni extras, tiene menos de 5 calorías. Casi nada, ¿verdad?
Esto es genial porque puedes disfrutar de su sabor único y de ese empujoncito que te da la cafeína sin preocuparte por tu peso. El café solo es un compañero leal para quienes quieren mantenerse en forma o simplemente prefieren su sabor puro y fuerte.
Eso sí, recuerda que el momento en que decides añadir azúcar, crema, o cualquier otro aditivo, la historia cambia. Pero si eres de los que aprecian la esencia del café en su estado más natural, estás haciendo un buen trato con tu cuerpo y tu paladar.
¿Qué pasa con el descafeinado?
Ahora, le toca el turno al descafeinado. Hay quien lo prefiere por evitar los efectos de la cafeína, pero ¿afecta esto a las calorías? La respuesta corta es no. El proceso de descafeinado no cambia significativamente el contenido calórico del café. Un café descafeinado solo tiene tantas calorías como un café normal solo: casi ninguna.
La cuestión con el descafeinado se centra más en sobre por qué lo eliges. Si es para evitar la cafeína por la noche o porque te sienta mejor, está genial. Pero en términos de control de peso, no hay gran diferencia entre el café con cafeína y el descafeinado. Ambas son opciones ligeras que, sin añadidos, no van a afectar a tu dieta. Así que, ya sea tarde o temprano, con cafeína o sin ella, tu café sigue siendo un placer ligero.
¿Y si es un café capuchino, engorda más?
Aquí viene el primer gran dilema: el capuchino. ¿Una deliciosa mezcla de espresso, leche vaporizada y esa espuma cremosa que parece una nube?
Sí. ¿Una bomba calórica? Pues depende.
Un capuchino estándar, hecho con leche entera, tiene entre 70 y 130 calorías, lo que no es mucho comparado con un frappuccino de 400 calorías. Pero ojo, si te tomas varios al día, ya estamos hablando de palabras mayores.
Para disfrutar de tu capuchino sin remordimientos, prueba con una versión más ligera: elige leche desnatada o almendras (sin azúcares añadidos, claro). Está claro que el sabor y textura va a ser diferente, ¡Pero puedes seguir disfrutándolo sin que la báscula te mire mal!.
¿El café de noche te engorda más?
Aquí es donde entra uno de los grandes mitos. Tomar café por la noche en sí no engorda.
El problema no es el café, es el efecto que tiene en tu sueño. Si te tomas un espresso a las 11 p.m. y luego no puedes dormir, esa falta de descanso puede afectar tus hormonas del hambre.
El resultado: comes más al día siguiente, y ahí es donde aparece el aumento de peso.
Así que si eres de los que el café les quita el sueño, mejor pásalo a la mañana. Pero si tomas un cortado a las 10 de la noche y luego duermes como un bebé, no te preocupes. En términos de calorías, el momento del día no cambia mucho la ecuación.
Leche de almendras: El héroe inesperado
Hablemos de la leche vegetal de almendras, esa salvadora que muchos eligen para hacer su café más ligero.
Si usas leche de almendras sin azúcares añadidos, estás en el buen camino. Esta leche tiene solo 30-60 calorías por taza, lo que es un gran ahorro comparado con la leche entera.
Pero ten cuidado: si pides tu café en una cafetería, asegúrate de que no te están colando una versión azucarada, porque entonces podrías estar añadiendo más calorías de las que crees. Lo ideal es pedirla sin azúcar o, si puedes, hacerte tu café en casa, donde tienes el control total de los ingredientes.
El azúcar del café… donde realmente se marca la diferencia
Vale, llegamos al punto en el que la cosa se ponen feas: el azúcar. Porque, no nos engañemos, no es lo mismo tomarte un café solo y amargo, que endulzarlo con dos o tres cucharadas de azúcar (o un chorrito de esos siropes que huelen a galleta de la abuela).
Aquí es donde las calorías, esas pequeñas traicioneras, se multiplican. Si eres de los que añade azúcar al café, lo que era una bebida prácticamente inofensiva puede convertirse en un pequeño lujo calórico.
¿Cuántas calorías más? Bueno, cada cucharadita de azúcar tiene aproximadamente 16 calorías.
Puede no parecer mucho, pero si echas un par, ya estás subiendo el nivel. Además, esas calorías no aportan ningún beneficio nutricional, son simplemente «vacías». Así que, si estás intentando mantener a raya la báscula, el azúcar es definitivamente el villano de la historia.
Tabla comparativa de calorías (sin dramas)
Para que lo veas más claro, te dejo una tabla comparativa con las calorías aproximadas de diferentes preparaciones de café. Porque, como siempre, lo importante es elegir bien:
Preparación | Calorías aproximadas |
---|---|
Café solo | 2 |
Café con leche | 70-100 (con leche entera) |
Café con leche (sin azúcar) | 20-50 (con leche desnatada o vegetal) |
Café solo con azúcar | 30-50 |
Café descafeinado | 2 |
Capuchino | 70-130 (con leche entera) |
Como puedes ver, el contenido calórico varía significativamente dependiendo de la preparación. Elegir una leche desnatada o una vegetal puede ser una buena manera de disfrutar de tu café añadiendo poquitas calorías.
Referencias
- Calorías que pueden sumar los extras al café: Mayo Clinic.