CAFÉ DE ESPECIALIDAD DE BURUNDI
El café de Burundi es conocido por su acidez brillante, notas de frutas tropicales y su compromiso con la agricultura sostenible y el comercio justo.
El café de Burundi es conocido por su acidez brillante, notas de frutas tropicales y su compromiso con la agricultura sostenible y el comercio justo.
El café de Burundi es uno de los más destacados y apreciados de África. Se cultiva en las montañas del país, donde las condiciones naturales son perfectas para la producción de cafés de alta calidad. Este café es conocido por su acidez brillante, notas de frutas tropicales y un final suave y equilibrado. Algunas variedades también presentan notas de chocolate o especias, dependiendo de la región de producción.
El café de Burundi se distingue por su sabor único. La combinación de la altitud, el clima y el suelo volcánico proporciona un perfil de sabor característico con notas de frutas cítricas como la fruta de la pasión y la piña, y una acidez agradable. Los cafés de alta calidad (SCA 85+) a menudo tienen notas de frutas, flores y miel, acompañadas de consistencia, equilibrio y un cuerpo completo. En las altitudes más bajas, se pueden encontrar sabores más terrosos y achocolatados.
Introducido en Burundi durante la colonización belga en los años 1930, el café inicialmente dejó un sabor amargo entre los agricultores locales debido a las imposiciones coloniales. Tras la independencia en 1962, el sector se privatizó parcialmente, aunque los problemas políticos y económicos obstaculizaron su desarrollo. Desde finales de los años 90 y especialmente en la década de 2000, inspirados por el éxito de Ruanda, el sector cafetalero de Burundi ha experimentado un resurgimiento significativo, mejorando la calidad y reputación de su café a nivel mundial.
Burundi, un pequeño país sin salida al mar, depende en gran medida de la agricultura, y el café es crucial para su economía. Con una producción anual de aproximadamente 200,000 sacos, el café representa el 65% de sus exportaciones. Esto es vital para las más de 700,000 familias caficultoras, quienes también cultivan alimentos básicos como trigo, maíz y plátano para complementar sus ingresos.
El compromiso con la agricultura sostenible y el comercio justo es notable en Burundi. Muchos productores forman parte de cooperativas que buscan mejorar la calidad del café y asegurar precios justos. Estas cooperativas permiten a los pequeños agricultores compartir recursos y conocimientos, mejorando tanto la calidad del café como sus condiciones de vida
El 100% del café de Burundi es cosechado a mano y secado al sol en parihuelas elevadas. La mayoría de los agricultores utilizan el método de doble fermentación, lo que contribuye a los perfiles de sabor limpio y brillante.
La altitud de los cafetales varía entre 800 y 2,000 metros, y los suelos volcánicos ricos en nutrientes, junto con un clima ecuatorial, son ideales para el cultivo de café de alta calidad.
El café no solo es un producto clave para la economía burundesa, sino también una herramienta de estabilización y desarrollo social. A pesar de las dificultades económicas y políticas, el resurgimiento del sector cafetalero ha permitido a muchos agricultores mejorar sus ingresos y condiciones de vida, contribuyendo a la estabilidad y crecimiento del país.
Aunque la exportación de café es predominante, el consumo interno es mínimo. Sin embargo, hay un esfuerzo creciente para promover el café burundés dentro del país, aunque por ahora sigue siendo limitado.
La mayoría de los burundeses prefieren exportar su café para aprovechar los beneficios económicos que ofrece el mercado internacional.
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